La llegada de dos bebés a la familia puede que sea difícil de asimilar los primeros días. Sentir miedo o incluso rechazo ante la noticia entra dentro de la normalidad y no debemos sentirnos culpables por ello. La responsabilidad se duplica y toca asimilar que los cambios que va a experimentar nuestra vida van a ser más grandes de lo que habíamos previsto. Pero una vez que la noticia se hace a la idea, los preparativos, tanto mentales como materiales, son importantes para no desesperar en la bicrianza.
Silvia Guijarro es maestra de educación primaria y educadora de disciplina positiva de Criar con Sentido Común: “Como en cualquier otro embarazo conocer las necesidades de los bebés, sus ritmos… puede ayudar a tener una imagen realista de la maternidad que nos aleje de una visión idílica que puede llevarnos a sentir frustración. Conocer la experiencia de otras familias de gemelos o mellizos puede ayudarnos a construir un mapa mental de cómo puede ser la experiencia de criar a dos niños de la misma edad a la vez; pero siempre debemos tener en cuenta que cada familia es diferente”.
Bea Alba es madre de Emma y de Iker de 14 meses: “Si yo he podido, todas las familias pueden. Cuando estaba embarazada de tres meses mi marido me dejó por otra mujer, fue una ruptura muy dolorosa y la suerte que tuve es que mi gente se volcó”. Bea cuenta que sintió mucho miedo y que prepararse fue lo más difícil, pero tuvo la suerte de que sus dos padres pudieron irse a vivir con ella y los bebés, y gracias a que los abuelos siguen viviendo con ellos la bicrianza es todo un éxito. “El primer año ha sido complicado porque la cesárea se complicó y estuve muy mal de salud. El consejo que doy es que las madres y los padres busquen tribu, que tengan ayuda y que cuando todo se ponga en marcha y se estabilice que tengan espacios en los que no sean madres. Es primordial cuando se cría a dos niños tomarse una caña con un amigo y desconectar. Y aprender a pedir ayuda y a decir no puedo más. Mis padres son ángeles para eso”.
Las necesidades de los gemelos o mellizos van a ser las mismas que las de cualquier bebé, aunque necesitaremos el doble de casi todo. “Una buena inversión, si pensamos dar el pecho, es un buen cojín de lactancia que nos permita amamantar en tándem en una postura cómoda. La lactancia puede resultar sencilla o difícil, cada caso es diferente, por lo que si hemos decidido amamantar, podemos acudir a algún grupo de lactancia antes del parto para aprender de la experiencia de otras madres y tener el contacto de alguna asesora de lactancia con la que contactar si llegáramos a necesitarla. Si optáis por un carrito gemelar, es importante tener en cuenta las dimensiones para asegurar que cabrá en el ascensor, en vuestro coche o en las aceras de las calles por las que vais a pasear habitualmente”, añade Silvia Guijarro.
Como en el caso de un embarazo único, preparar con antelación algunos aspectos para los primeros días puede ayudarnos mucho a afrontar esta etapa de cambio: tener comida preparada y congelada, hablar con los familiares para organizar las visitas, pedir a nuestras personas de confianza que nos ayuden con las tareas de la casa para poder atender a los bebés. Bea Alba asegura que aún tiene ropa sin estrenar de sus dos hijos, sus redes de apoyo le han dado prendas y juguetes, y ella está aprovechando las oportunidades. Nos habla de las expectativas: “Hay que ser realista y desde el principio ser consciente de que tu vida va a cambiar. Que criar a dos es tarea complicada y que a veces es cosa de hacer malabares. Cuando uno me pide brazos y le abrazo, el otro también, así que acabo tirándome al suelo y haciendo una croqueta de brazos”.
Silvia Guijarro asegura que, como en cualquier crianza, conocer la naturaleza infantil y apostar por una crianza respetuosa nos ayudará a emprender el camino de la maternidad. “Pero en el caso de los embarazos múltiples es importante comprender que los gemelos son dos personas distintas. Que compartan la misma carga genética y hayan compartido embarazo no implica que sean iguales. Es esencial que le demos a cada uno su espacio para poder desarrollarse como las personas únicas que son”. Es importante a la vez que respetemos la conexión única que va a existir entre ellos y no forcemos la separación. Bea Alba asegura que entre ellos se miran y se ríen, se entienden con pequeños gestos, y se necesitan el uno del otro.
La psicóloga Mamen Bueno, especialista en maternidad, nos lanza unas claves: “Hay que aceptar que la crianza va a ser necesariamente diferente, y mucho más compleja. Pero si se informan, se apoyan en otras parejas, se organizan, no tiene por qué ser traumático. Hay que alejarse de “opinólogos” que muchas veces añaden un dramatismo que no aporta nada. Los primeros días van a ser complicados, son una vorágine. La sensación principal es de estar en una montaña rusa constante. La privación del sueño va a acompañar durante bastante tiempo. Las madres y padres tienen que estar atentos a posibles síntomas de depresión posparto en ellas. Mucho diálogo con la pareja. Ambos tienen que estar muy involucrados”.