Nuestra mente es muy poderosa, tanto que en ocasiones se separa de sí misma.
Cuando estamos viviendo un suceso muy amenazante para nuestra vida o un trauma, nuestro cerebro es capaz de desconectarse de pensamientos, emociones, recuerdos e incluso nuestra identidad.
LA DISOCIACIÓN ANTE LAS AMENAZAS O EL TRAUMA
Un ejemplo relativamente habitual de esta desconexión, la tenemos en los trastornos de ansiedad, especialmente en los ataques de pánico.
Un ataque de pánico consiste en experimentar de manera repentina una serie de síntomas físicos que nos hacen sentir enfermos y donde nuestra mente se apoya en ellos para contarnos una historia de supervivencia… de que nos acecha un gran peligro.
En los ataques de pánico y en la depresión, pueden aparecer dos síntomas disociativos:
- Desrealización: Es una extraña sensación en la que sientes que la situación que estás viviendo no es real. Te sientes desconectado de tu entorno, alejándote mentalmente de una situación muy amenazante. Te puedes sentir como si estuvieras en un sueño y el mundo pierde su vitalidad, movimiento y color habituales.
- Despersonalización: En este caso, sientes que lo que estás viviendo no te está ocurriendo a ti, es como si tu conciencia estuviera separada de lo que sientes físicamente, de tu cuerpo y de tus pensamientos, como si fueras un observador de lo que te rodea y no estuvieras implicado en lo que ocurre. Este síntoma es propio de los trastornos de la ansiedad como el trastorno por estrés postraumático o los ataques de pánico.
Si tú también los has sentido, debes saber que son signo de que tu cerebro se ha tenido que desconectar temporalmente del entorno en que vives para poder “reiniciarse”. La falta de oxígeno en ciertas áreas del cerebro también está detrás de este síntoma.
Cuando vivimos un trauma emocional, la disociación es la manera que tiene nuestro cerebro de protegerse del daño, por eso se desconecta del entorno y de sí mismo. Y si bien la mente se puede desconectar y tener grandes lagunas de memoria sobre este suceso, el cuerpo no se desconecta y puede almacenar esa información que la mente no llega a incorporar en su memoria. Por eso el trabajo corporal es básico en pacientes que han sufrido un trauma.
Habitualmente la disociación es breve y pasajera, pero en algunas ocasiones, el cerebro tiene dificultades para volver a sentirse completo y unir la realidad en un todo coherente. En esos casos, podemos hablar de personas que tienen dificultades para adaptarse a su vida cotidiana y en estos casos es muy útil la ayuda psicológica.
LOS DELIRIOS
Otra actuación sorprendente de la mente, son los delirios. Un delirio es una creencia u opinión falsa sostenida en relación a cosas objetivas. El contenido de esa creencia es errónea porque la evidencia demuestra lo contrario.
En ocasiones podemos confundir los delirios con las alucinaciones. Para que te resulte más sencillo distinguirlo, debes saber que el delirio es una creencia u opinión, mientras que una alucinación implica a los sentidos, de tal modo que la persona que experimenta alucinaciones ve, huele, saborea u oye cosas que no están sucediendo en su entorno.
Sé que la definición de delirio es muy general y puede llevarnos a error y para que comprendas mejor a qué me refiero cuando hablo de delirios, te voy a explicar algunos de ellos.
Síndrome de Cotard o del “Cadáver andante”: Este síndrome consiste en la creencia de que quien lo sufre, en realidad está muerto. Estas personas pueden indicar que no están vivas y por ello dejan de comer y beber. Algunos pacientes llegan a creer que les falta algún órgano vital e incluso algunos llegan a pensar que ellos no existen ni tampoco el mundo. Este síndrome y delirio va asociado a la depresión y cuando se inicia el tratamiento por la depresión, este síndrome suele desaparecer.
Delirio de grandeza o megalomanía: En este delirio la persona cree que es alguien muy importante. Estas personas tienden a valorarse a sí mismas muy positivamente y creen tener un gran poder.
Delirio de referencia: En este tipo de delirios, la persona cree que ciertos acontecimientos o palabras que emiten otras personas, se refieren siempre a ellos. Es habitual pensar que las noticias o el periódico han puesto noticias o palabras solo para ellos.
Delirio de robo del pensamiento: En este delirio, la persona cree que otras personas le están robando ideas o pensamientos.
Como has podido comprobar, la mente es maravillosa y en su complejidad, puede perder el contacto con la realidad.
Es muy importante cuidar nuestra mente y si necesitas ayuda para sobrellevar mejor tus emociones, para afrontar de manera más positiva tu vida o si tan solo quieres conocerte mejor, busca un psicólogo en quien confíes y conócete profundamente.