La convivencia con una persona adicta es complicada, es un desgaste diario para la familia o las personas que viven con el enfermo. La aparición de problemas y discusiones son muy habituales, casi a diario, por lo que va a generar un mal ambiente en el hogar. Es vital pedir ayuda externa para lograr que dicha convivencia sea posible y realizar un tratamiento de adicciones.
Las personas que conviven con el adicto deben saber cómo tratar y comunicarse con el individuo, ya que habrá ciertas situaciones que se tendrá que actuar de una manera u otra. Nadie ha sido enseñado para afrontar la convivencia con un adicto, por eso es muy importante la ayuda de un profesional experimentado.
Dicha convivencia es tan problemática porque la sustancia a la cual es adicto pasa a ser el centro de su vida. La familia, pareja o amigos con los que vive pasan a un segundo plano. A medida que la adicción avanza, el individuo deja de cuidar a su familiar.
¿CÓMO ES LA CONVIVENCIA CON UN ADICTO?
Podemos encontrar varias situaciones que son muy habituales en una familia que convive con un adicto. Aquellos miembros que conviven con alguien adicto se sienten solos. Todas las cargas familiares recaen sobre sus hombros y son ellos quienes deben ocuparse de todo lo relacionado con la familia, sin la ayuda del adicto. Lo único de lo que se preocupa el consumidor es de la droga.
También podemos encontrar la codependencia de la familia. La codependencia se considera como una enfermedad que padece la familia y consiste en la entrega completa para lograr que la persona adicta esté bien. Priorizar la persona enferma antes que todo.
La figura de un intervencionista familiar aparece cuando el adicto niega su enfermedad y su adicción a los familiares. Así, se reúne a la familia para hablar de la persona adicta y de su problema.
Detrás de cada adicto, hay un círculo de personas que está afectado por la adicción y, en muchos casos, la familia sufre tanto como el enfermo, pero no pide ayuda porque es difícil entender que esté afectada por la adicción de otra persona.
CONSEJOS PARA TENER UNA MEJOR CONVIVENCIA CON UN ADICTO
Evita consumir en casa, ya que solo despertarás sus ganas de consumir.
No hagas de policía, la adicción es una enfermedad muy compleja y no puedes controlar su proceso.
Evita conversaciones sobre su comportamiento o vida de antes.
Tratar de no poner películas que contengan contenidos sobre excesos.
Cambiar el canal en la televisión si salen imágenes de consumo, ya sea en las noticias o películas.
Retira del uso cotidiano todo lo que lleve publicidad de alguna sustancia que pueda incitar su consumo.
No te tomes como algo personal sus ataques.
Evita las discusiones.
Cambia los muebles de sitio, estar en un entorno diferente le hará sentir mejor.
Trata de no darle dinero, ya que muy probablemente acabara comprado la sustancia a la cual es adicto.
Haz tu vida, no te centres en el enfermo.
Si es necesario, realizar el ingreso en un centro de desintoxicación será de gran utilidad para superar su adicción.
¿CÓMO AYUDAR A UN FAMILIAR ADICTO?
La más importante de tener un familiar adicto es que todos los miembros de la familia lo acepten, empezando por el propio adicto. Así, todos seguirán el mismo camino con el mismo objetivo: pedir ayuda y superar la enfermedad.
La familia, en todo momento, es el principal apoyo del individuo adicto. Para poder ofrecer mejor apoyo, debe informarse bien de la adicción. Así será más fácil ponerse en su piel y entenderle.
Es muy importante, como comentábamos antes, que la familia evite posibles estímulos que pueda poner en compromiso al adicto.
Escuchar las preocupaciones del adicto es vital, tiene que sentir que tiene apoyo y puede contar todo lo que le pasa por la cabeza. Simplemente, a veces, es necesario escuchar sin interrumpir, para que él se desahogue. En definitiva, prestarle atención.
¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE VIVIR CON UN ADICTO?
Una adicción no solo daña a la persona que tiene la enfermedad, sino también a todo su círculo de seres queridos, en especial, a los que conviven con él.
El consumo puede provocar situaciones muy problemáticas en el hogar, incluso llegar a la violencia, ya que una persona bajo los efectos de la droga puede perder el control.
En hogares dónde los consumidores son los padres, es muy habitual que haya mucha desatención a sus hijos. En esta desatención, hacemos referencia a todo tipo de necesidades que un hijo requiere.
En casas donde hay un miembro adicto, son muy frecuente los episodios de violencia. Dicha violencia se puede experimentar, sobre todo, cuando el individuo tiene exceso de sustancia al cuerpo. O bien, cuando su organismo le pide consumo al cual no tiene acceso.