“Ilustres habitantes de Trujillo, tres siglos de oprobio y de opresión gravitaban sobre vosotros, pero sin poder destruir vuestra energía. Desfallecidos y entre cadenas consumiéndolos no perdisteis sin embargo el sentimiento de vuestra dignidad. Un hombre para dar el impulso y una ocasión favorable era todo lo que necesitaba vuestro patriotismo para desplegarse, y apenas se presentaron aquel hombre y aquella ocasión, cuando disteis a la América un día de placer y un ejemplo de virtud al Universo. Somos libres! dijo vuestro digno jefe y en el instante se enmudece y huye la tiranía despavorida”, menciona enfáticamente la proclama enviada el 12 de febrero de 1821 por José de San Martín para los trujillanos ante el primer grito libertador de la patria.
Y es que un día como hoy, pero de hace 200 años, en el palacio municipal, ubicado en el corazón de Trujillo, se proclamó la independencia de la Intendencia de esta zona del norte, la cual era conformada por las jurisdicciones de las ahora regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque, Cajamarca, La Libertad y Amazonas.
El reconocido profesor e historiador Héctor Centurión en uno de sus artículos sobre la independencia de la ciudad, narra que desde las 2.00 p. m., se reunieron los integrantes del Cabildo y Torre Tagle, intendente de Trujillo, para deliberar si debía proclamar y jurar la emancipación de este punto geográfico.
Se leyó parte de la correspondencia del general San Martin y no hubo oposición alguna. Por unanimidad, el Cabildo y la numerosa concurrencia, se pidió que se haga la proclamación. Terminada la sesión en las salas de la Municipalidad, el Marqués se acercó al balcón y saludó al pueblo que esperaba ansioso, hizo señas para que guardasen silencio y reveló que se acababa de proclamar y jurarse la independencia.
“Levantó la voz cuanto pudo, batiendo el pabellón nacional diciendo: “¡Viva la patria! ¡Viva la independencia!”, explica Centurión.
Además, el destacado intelectual señala en “La Independencia de Trujillo” (1962) que la importancia histórica del pronunciamiento de la ciudad y de toda la Intendencia, no sólo puso al servicio del país todos los recursos económicos, médicos, humanos, materiales, morales y espirituales, sino que propiciaron la libertad del Perú a través de las facilidades en las operaciones de San Martin permitiéndole entrar a Lima y proclamar la independencia el 28 de julio de 1821. Por ello, se dice que el Perú le debe su independencia a Trujillo.
