Eventualmente los requerimientos de las empresas e instituciones no pueden ser atendidos por especialistas y profesionales, por no cumplir con el perfil requerido; esto demuestra que en algunos casos, las características de la educación superior, tanto a nivel de institutos como de universidades, no es coincidente con la demanda de la sociedad, presentándose una brecha que afecta principalmente a los jóvenes.
Competitividad
El aumento de la competitividad del país, es una política nacional, que se explicitó en el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, que se aprueba con julio del año 2019, mediante Decreto Supremo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF); en este instrumento el Objetivo Prioritario (OP) 2, está relacionado con Capital Humano, que establece la “importancia de acumular capital humano a lo largo del curso de vida de los peruanos para propiciar ganancias de productividad”. Esto es coincidente con el Objetivo de Desarrollo Sostenible N° 4, propuesto por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que establece básicamente lo mismo.
Según los especialistas en el tema, como el profesor Michael Porter, la competitividad en todos los niveles, depende de la productividad de los diferentes factores de producción. Es por ello imperativo que se articule adecuadamente la formación a nivel superior con los requerimientos de la sociedad.
Formación por Competencias
Una tendencia relativamente reciente, es promover la formación por competencias, que en palabras sencillas significa que a los jóvenes se los forme para “saber hacer”, esto es que cuenten con la capacidad de actuar en la vida real, utilizando los conceptos teóricos para llevarlos a la práctica.
Sin embargo, la formación universitaria no puede estar circunscrita solamente a este concepto, pues se requieren que los profesionales tengan una cultura humanística, razón por lo cual la Ley Universitaria vigente establece un mínimo de este tipo de cursos.
Cualquier modificación en los sistemas educativos, es un proceso de largo plazo, por lo que el planeamiento tiene que analizarse y ejecutarse en ese horizonte temporal.
Conclusión
Es imperioso revisar los planes de estudios de las instituciones de educación superior, para adecuarlos a los requerimientos de la sociedad, facilitando la incorporación de los jóvenes a la actividad laboral.
Es un proceso de largo plazo, pero no olvidemos que el largo plazo empieza hoy.