Llamar a los hermanos Roca pioneros en el mundo de la gastronomía se queda corto. Con más de 30 años en la industria, no han parado de abrir caminos nuevos, construyendo un imperio culinario inigualable.
Pero la vanguardia de los Roca no solo nace de la ambición, sino también de la necesidad, ya que la empresa ha sobrevivido tres crisis financieras desde su apertura. En su ponencia de San Sebastián Gastronomika, Joan Roca ha destacado el recorrido de su empresa familiar y todos sus negocios complementarios, desde 1986 hasta el día de hoy.
Cuando nació el Celler de Can Roca, fue con un compromiso social, ya que el local original se abrió en un barrio obrero de Girona, al lado del restaurante de los padres de Joan, Josep y Jordi Roca. Tan solo seis años después, en 1992, el restaurante se enfrentó con su primera crisis, la crisis post olímpica.
Aunque esta crisis fue muy local, impactó mucho al Celler de Can Roca y enseñó a los hermanos que un negocio de restauración necesitaba algún complemento para sobrevivir. Por eso, en 1995, decidieron abrir la Torre de Can Roca, un lugar donde se podían celebrar banquetes, que servía como otra fuente de ingresos para el negocio.
Así se empezó el modelo de crecimiento por diversificación de los Roca. A lo largo de los años, los hermanos se han ido embarcando en numerosos proyectos para poder mantener el negocio y financiar el crecimiento constante de su empresa. Desde el libro “La cocina al vacío”, que se publicó en 2003, hasta la apertura de Mas Marroch unos años después. Estas iniciativas empresariales permitieron el traslado del restaurante al local nuevo en 2007.
Tan solo un año después de que abriera Mas Marroch llegó la crisis financiera de 2008, y en vez de preocuparse o rendirse, los hermanos Roca decidieron seguir adelante, invirtiendo en un nuevo espacio donde pensar, crear y reflexionar, el refugio creativo La Masia.
Desde entonces, han seguido expandiendo su imperio con lanzamientos de proyectos año tras año, como la heladería Rocambolesc en 2012; la destilería Ars Natura Líquida en 2016; Rocook, un utensilio de cocina que permite la cocción a baja temperatura, en 2017; y la fábrica de chocolate Casa Cacao en 2018.
Como a muchas otras, esta crisis sanitaria de 2020 ha impactado en la empresa de los Roca, pero siguiendo su estilo, han buscado soluciones innovadoras. Proyectos como la reinvención de Mas Marroch, la apertura de una tienda digital de Casa Cacao y la venta de los destilados de Ars Natura Líquida son acciones que han permitido que pueda sobrevivir El Celler de Can Roca en momentos complicados como los que estamos viviendo en la actualidad. Además han colaborado con el BBVA en una propuesta que se llama ‘Gastronomía Sostenible’, una selección exclusiva de productos de pequeñas empresas.
Los hermanos Roca son un ejemplo perfecto para profesionales de la gastronomía que se encuentran actualmente atravesando tiempos difíciles. En su ponencia, Joan Roca ha afirmado que “no queda otra que la diversificación”, destacando que “hay que estar atentos a las oportunidades que surgen en momentos difíciles”.
¿Su consejo para chefs y profesionales de la hostelería en estos momentos complicados? “Que mantengan viva la llama de la pasión, que tengan paciencia y que trabajen duro”. Justo lo que ha hecho él y sus hermanos a lo largo de su carrera.