La escritora chilena que nació en el Perú, Isabel Allende (Lima, 1942), agitó las banderas del feminismo durante la teleconferencia de prensa que ofreció a propósito de su nuevo libro, Mujeres del alma mía (Plaza & Janés). Se trata de una obra de no ficción en la que desanda su memoria y rescata, entre otros seres queridos, la figura valiente de su madre Panchita y la de su hija Paula, quien falleciera en sus años de plena juventud.
“El feminismo es una revolución. Creo que es la revolución más importante que hemos tenido en la historia desde que conocemos la historia, porque implica a la mitad de la humanidad y es una revolución de valores, de forma de vida, que va mucho más allá del género. Es una postura ante la vida y me parece que es irreversible”, aseveró Isabel Allende.
Recordó los años cuando era joven e inició el camino de lucha por los derechos de la mujeres, a contracorriente de las advertencias de su madre, pues le decía que iba a sufrir.
Pero ella, treja, no se amilanó. Al contrario, como narra en su libro, junto con otras periodistas, formó parte de la redacción de la revista feminista Paula, en la que tenía una columna titulada, no sin poco humor, “Civilice a su troglodita”.
“El feminismo necesita mucho ruido, ir adelante y con ruido. Además es algo alegre, no hay que planteárselo como una lucha, es alegre, es con música, con entusiasmo, con camaradería, con solidaridad”, comentó.
Señaló que nunca fue fácil defender las causas feministas, sobre todo en una sociedad conservadora como era la chilena. No solo por los conceptos morales de la época, sino también por el lenguaje. Narró que cuando empezó con el feminismo la palabra ‘vagina’ no se podía decir” y ser feminista era poco más que ser “grosero”.
Pero no le importó.
“Es cierto que recibí agresiones, como nos pasó a todas las mujeres que teníamos algo que decir, pero por cada cachetada que recibí pude dar dos”, dijo no sin risas.
Comentó que en el feminismo todavía hay mucho por hacer. Y que si bien es cierto se ha avanzado, también es cierto que falta mucho, pues las mujeres siguen viviendo con miedo, vulnerables, inseguras.
“Cuando le digo a un hombre que las mujeres vivimos con miedo, no lo entiende”, comentó.
Isabel Allende explicó que una mujer, por ejemplo, cuando tiene que ir por un lugar sola, tiene que pensarlo. Asimismo, cuando sube a un carro, tiene que pensarlo dos veces a diferencia de los hombres, que eso no les preocupa.
El tema del aborto tampoco estuvo ajeno a sus comentarios.
“No propongo el aborto como solución, la solución son los anticonceptivos”, enfatizó.
Asimismo, comentó que el privilegio de los machos también llegó al mundo editorial.
“Si vendes, como yo, no tienes condición literaria. Y si no vendes quizá te den un premio porque no eres competencia para uno de los machos que te lo dan”, dijo no sin recordar a Carmen Balcells, su agente literaria que “creyó en mí”.
El neoautoritarismo
Isabel Allende manifestó su entusiasmo por el cambio de la Constitución en Chile, en cambio le preocupan las elecciones en los Estados Unidos, en donde reside.
“Estoy espantada con Estados Unidos, vota por el neoautoritarismo de Trump, porque es una opción para el privilegio. La gente ha votado por un sistema que excluye a los más pobres”, criticó.
Y lamentó que por esa opción también hayan votado muchos latinos.