El Gobierno peruano modificó el reglamento de la Ley General de Pesca que facilitará la adquisición de bienes destinados a esta actividad y permitirá la modernización de la flota pesquera.
A través del Ministerio de la Producción (Produce), derogó hoy la Tercera Disposición Final del Reglamento de la Ley General de Pesca, aprobado por Decreto Supremo N° 012-2001-PE.
La modificación fue establecida mediante el Decreto Supremo 018-2020-Produce, publicado en el diario El Peruano.
De acuerdo con dicha disposición, Produce (antes Ministerio de Pesquería) no otorgaba autorización de incremento de flota, vía sustitución de embarcaciones con la misma capacidad de bodega, a favor de armadores de embarcaciones usadas adquiridas en el exterior.
“Cuando éstas se dediquen a la extracción de recursos hidrobiológicos plenamente explotados o cuando se encuentre limitado el acceso a un recurso conforme a lo establecido en el artículo 19 del referido Reglamento”, precisó Produce.
Sin embargo, considerando que a la fecha se cuenta con las disposiciones normativas que regulan las características técnicas que deben reunir las embarcaciones pesqueras a fin de facilitar la modernización de la flota pesquera, así como facilitar la adquisición de bienes destinados a la actividad pesquera, se tomó la decisión de dejar sin efecto dicha disposición.
De acuerdo con el Ministerio de la Producción, los armadores de la flota de mayor escala se beneficiarían con esta norma.
Indicó que actualmente se observa que el 33.3% de las embarcaciones de esta flota presentan una antigüedad entre 20 y 40 años, con una media de 25.5 años.
Asimismo, se advierte que el 27.3% de las embarcaciones tienen una antigüedad entre los 40 y 60 años, con un promedio de 52.5 años.
Estas embarcaciones podrían haber alcanzado su ciclo de vida y esta norma promovería la renovación y modernización de la flota, destacó Produce.
También precisó que la modernización de la flota pesquera tendría incidencias en la automatización y digitalización de las operaciones del barco, la habitabilidad segura, la protección ambiental (reducción de emisiones), entre otros, además de reducir los costos de mantenimiento a fin de optimizar los beneficios económicos.
Este proceso de modernización permitirá la mejora de la eficiencia y competitividad de la flota pesquera, así como de las condiciones de seguridad a bordo de los tripulantes.