El ministro de Cultura sostiene que también debe haber representantes de las regiones del Perú. Además, está en la búsqueda del viceministro de Interculturalidad y del director de la Biblioteca Nacional.
Se considera comunero activo de su pueblo, Santa Rosa, en Salcabamba, Huancavelica. Ciro Gálvez Herrera es el nuevo ministro de Cultura que dice traer, como quechuahablante, la voz de los pueblos originarios. Abogado, notario, estudió derecho en San Marcos y tiene un magíster en antropología jurídica. Además de sus libros políticos, como Ensayos de renacimiento andino, ha publicado canciones y el poemario Runa Harawikuna.
Conocido por sus incursiones en la política como candidato a la presidencia por su partido Renacimiento Andino, pero también por circunstancias callejeras en las que hizo dos disparos al aire y que él dice que fue “en legítima defensa”.
¿Qué situación difícil vivió para hacer disparos?
Ese año, en una calle oscura, iba a irme en un ómnibus para Huancayo. Ahí fui interceptado violentamente por cuatro personas y yo, con rapidez, hice dos disparos al aire y logré ahuyentarlas. Distorsionaron la noticia totalmente diciendo que yo había disparado dentro del ómnibus.
La referencias dicen de su estado etílico…
No hubo dosaje etílico ni nada, sino que en ese año seguía la mafia enquistada en el gobierno y los medios estaban manejados por el fujimorismo y su objetivo era dañar a los opositores. El caso se archivó en la 35 Fiscalía en marzo del 2005. No tengo sentencias, por eso estuve habilitado para ser candidato a la presidencia de la República.
Para muchos, el Ministerio de Cultura ha sido muy errático. En 10 años hubo 13 ministros. ¿Cuál es el gran problema?
Es que ha estado en manos de gente muy ilustrada, pero de formación occidental, que no visualiza con precisión la diversidad cultural del Perú. Han visto al país como si fuera una sábana blanca, pero es un mosaico de tantas diversidades. Es mucho más compleja e importante la función del Ministerio de Cultura.
Es verdad, el país es diverso, ¿pero el problema del Mincul no será el presupuesto para atender los espacios urbanos y rurales donde se hace cultura?
Sí, la cultura en el Perú está en los pueblos originarios, por eso el Ministerio de Cultura no ha tenido el financiamiento suficiente para preservar y proteger tanto patrimonio cultural que tenemos. En el caso del Perú, nuestro pasado está tan cerca, hace apenas cuatro siglos, eso es lo que tenemos que explotar con el turismo. Es por eso también que yo di una idea para que Turismo pasara al sector Cultura. Pero es solo una idea para analizarla.
Antes existía el Instituto Nacional de Cultura, que no tenía un asiento en el Consejo de Ministros. Ahora sí se puede exigir presupuesto…
Eso es lo que se tiene que hacer. Se requiere de un estudio mucho más detallado, y en los pocos días que estoy como ministro, es imposible hacerlo. Estamos preparando todo eso porque la idea es tener un Ministerio de las Culturas que sea fuerte para todos los peruanos y que, al mismo tiempo de proteger y darle el valor al patrimonio cultural, fortalezca la interculturalidad. Lograr que los pueblos indígenas tengan sentimiento de pertenencia al Estado es una labor titánica.
¿Cuándo nombrará el viceministro de Interculturalidad?
Estamos evaluando a los postulantes. Esta es una muestra de que, por primera vez, se está pidiendo a los pueblos originarios que propongan quiénes deben ser sus autoridades.
Usted ha dicho que el ministro de Interculturalidad sea comunero calificado.
Comunero calificado activo. Yo también soy comunero calificado activo en mi comunidad de Santa Rosa de Palca, distrito de Salcabamba, Huancavelica. Para tener legitimidad con los pueblos originarios, hay que ser indígena, formar parte de ese segmento importante de peruanos, pero con una visión ecuménica.
El asunto más está en que sepa ser gestor, gerenciar…
Sí, tienen que ser buenos gerentes, por eso, precisamente, nosotros no nos estamos apresurando en cambiar el área administrativa, es un área muy delicada y no solo en Cultura sino en todos los sectores.
Para no ser líricos, ¿en su gestión buscará que la ley de consulta previa no sea solo un saludo sino una ley vinculante de los pueblos originarios?
Tiene que ser obligatoria, objetiva y real. Esto significa que en las políticas de Estado, inclusive en la política intercultural, tienen que participar los pueblos originarios.
Sí participan, el problema es que su opinión no es vinculante…
El detalle está ahí. El Estado muchas veces no conoce los problemas reales, la cosmovisión, los sueños de los pueblos originarios. En ese aspecto, vamos a superar esa valla porque yo vengo de un pueblo originario.
Ha dicho que los pueblos originarios y el Estado están enfrentados. ¿No será que el Estado, como hacían los romanos, echa a los pueblos originarios a los leones, que son las grandes empresas?
El Estado, construido desde una visión colonial, tiene la misma visión antagónica a la de los pueblos indígenas. La república actual fue fundada por los hispanoperuanos, sin la participación de los peruanos originarios. Entonces, se tiene que superar ese antagonismo. Me alegra que en este gobierno haya representantes de los pueblos originarios en el Poder Ejecutivo y en el Congreso.
Y en nombre de ese orgullo de los pueblos originarios, ¿se opondrá a la destrucción de Chincheros, en Cusco?
Voy a analizarlo, porque no tengo conocimientos de los cuestionamientos. Es cuestión de dar una respuesta seria conociendo la problemática.
El hecho es que Chincheros es herencia incaica…
Claro, pero hay que buscar puntos intermedios que, por un lado, protejan el patrimonio cultural, natural, pero por otro no afecte al turismo.
¿Cuándo se nombrará al director de la Biblioteca Nacional?
Está en estudio. Hasta este momento aún no hemos encontrado a un Ricardo Palma o un Jorge Basadre como para encajar en ese puesto tan importante.
En la Biblioteca Nacional, en el Archivo de la Nación, hay denuncias de robos, incluso algunas ya se han archivado. Se robaron un manuscrito de San Martín, entre otros.
Nosotros vamos a denunciar e investigar minuciosamente a través de la Procuraduría del Ministerio. Es indignante que se hayan “perdido” documentos como el de San Martín. Eso no se puede perdonar como buenos peruanos. Recién me entero y eso no va a suceder mientras yo sea ministro, porque si a los grupos de poder no les gusto por mi origen, me iré tranquilo a mi pueblo, a trabajar. Eso depende de la confianza que le den al gabinete porque hay muchos cuestionamientos.
Hablando de representación, el Perú es invitado de honor de la Feria Internacional de Guadalajara. La gestión anterior hizo la lista de escritores que nos representarán. ¿La revisará?
Vamos a revisarla. Como siempre, antes, que se buscaba representantes solo de los niveles A, B, de la aristocracia, pero no se buscaba representantes de las regiones. Entonces, si somos 55 culturas diferentes, tenemos que buscar escritores e intelectuales de cada una de esas culturas. Nosotros los indígenas también tenemos capacidad. Esta propuesta de la feria de Guadalajara va a ser revisada, por los menos buscando uno por cada región. Tenemos que ser más justos.
Finalmente, ya no podemos decir que hay peruanos de un origen o de otro. Arguedas decía: “Soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en quechua”.
Yo soy otro demonio que habla en castellano y en quechua. Pero un demonio bueno, que busca la igualdad y el respeto mutuo entre culturas diferentes.