El embarazo, intervenciones quirúrgicas mayores o enfermedades también provocan un rápido «envejecimiento», en días o meses, que se revierten con igual premura con la recuperación.
Todos conocemos la diferencia entre la edad cronológica (la que marca el momento en que naciste) y la biológica (el estado general de tu cuerpo en comparación con el estado promedio de los individuos dentro de una población a una edad determinada). Se suele cree que la edad biológica aumenta de forma constante a lo largo de la vida, pero cada vez hay más pruebas, en modelos animales y humanos, de que puede verse influida por enfermedades, tratamientos farmacológicos, cambios en el estilo de vida y exposiciones ambientales, entre otros factores. De ese modo, los individuos pueden ser biológicamente más viejos o más jóvenes de lo que implica su edad cronológica.
Lo que estaba aún sin explorar era que otros factores podían influir en el envejecimiento de nuestro organismo y, sobre todo, cuando estos desaparecían, se producía un proceso de «reversión». Ahora, un nuevo estudio norteamericano, publicado en la revista Cell Metabolism, ha evidenciado que la edad biológica de humanos y ratones aumenta rápidamente en respuesta a diversas formas de estrés, y que se invierte tras la recuperación. Estos cambios se producen en periodos de tiempo relativamente cortos, de días o meses, según múltiples relojes epigenéticos de envejecimiento ( análisis moleculares que cuantifican con bastante precisión el envejecimiento) independientes, informa Europa Press.
«Este hallazgo de una edad fluida, fluctuante y maleable desafía la antigua concepción de una trayectoria ascendente unidireccional de la edad biológica a lo largo de la vida», afirma el coautor principal del estudio James White, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke (Estados Unidos). «En informes anteriores se ha insinuado la posibilidad de fluctuaciones a corto plazo en la edad biológica, pero la cuestión de si tales cambios son reversibles ha permanecido, hasta ahora, inexplorada –añade–. También se desconocían los factores desencadenantes de tales cambios».
En lenguaje común, sería algo parecido a cuando notamos, en poco tiempo, que a una persona «le han caido 20 años encima» a causa de una enfermedad, una pérdida, un disgusto u otras razones.
Proceso reversible y transitorio
Los investigadores midieron los cambios en la edad biológica de humanos y ratones- por medio de relojes epigenéticos de envejecimiento, también llamados de metilación del ADN- en respuesta a diversos estímulos estresantes. En una serie de experimentos, los investigadores unieron quirúrgicamente la circulación sanguínea de parejas de ratones de 3 y 20 meses de edad. Los resultados revelaron que la edad biológica puede aumentar durante periodos de tiempo relativamente cortos en respuesta al estrés, pero este aumento es transitorio y tiende a volver a la línea de base tras la recuperación del estrés– simpre que este sea circustancial-. A nivel epigenético y metabolómico, la edad biológica de los ratones jóvenes aumentó cuando les unieron y se recuperó tras la separación.
Como se predijo, también se produjeron cambios transitorios en la edad biológica durante intervenciones quirúrgicas mayores, embarazos y COVID-19 graves en humanos o ratones. Por ejemplo, los pacientes traumatizados experimentaron un fuerte y rápido aumento de la edad biológica tras una intervención quirúrgica de urgencia. Sin embargo, este aumento se invirtió y la edad biológica se restauró a la línea de base en los días siguientes a la cirugía. Del mismo modo, las mujeres embarazadas experimentaron una recuperación posparto de la edad biológica a ritmos y magnitudes variables, y un fármaco inmunosupresor llamado tocilizumab mejoró la recuperación de la edad biológica de los pacientes convalecientes de covid, informa Europa Press.
«Los hallazgos implican que el estrés grave aumenta la mortalidad, al menos en parte, al aumentar la edad biológica -afirma Gladyshev-. Esta noción sugiere inmediatamente que la mortalidad puede disminuir reduciendo la edad biológica y que la capacidad de recuperarse del estrés puede ser un determinante importante del éxito del envejecimiento y la longevidad. Por último, la edad biológica puede ser un parámetro útil para evaluar el estrés fisiológico y su alivio».