Los tanques y vehículos blindados occidentales que van entrando en la dotación del ejército de Ucrania también servirán para que Kiev compense parcialmente las pérdidas acumuladas durante la guerra con Rusia.
Ucrania recibió esta semana uno de los paquetes de ayuda militar extranjera más importantes desde que comenzó la guerra con Rusia, con la llegada al país de nuevas dotaciones de tanques alemanes y británicos que le permitirán afrontar con mejor movilidad y potencia de fuego la esperada contraofensiva de primavera.
“Se caracterizan por su alta capacidad técnica y tecnológica, son muy superiores a las piezas de la era soviética e incrementarán de manera significativa la eficiencia de las unidades en las misiones de combate”, dice a Efe sobre el salto cualitativo que supone el envío el analista militar ucraniano Oleksandr Kovalenko.
El experto destaca que “los vehículos blindados» que están llegando a Ucrania junto con los tanques «son un componente importante en las operaciones de asalto” que Kiev necesitará para reconquistar de nuevo territorios ocupados por Rusia como ya hizo en la segunda mitad del año pasado en el este y el sur.
El analista pone como ejemplo de un buen uso de vehículos semiblindados la ofensiva ucraniana sobre Járkov, que entre septiembre y octubre del año pasado logró liberar casi por completo ese territorio del noreste de Ucrania que había sido ocupado parcialmente por Rusia.
Contar con vehículos blindados adecuados, explica Kovalenko, “permite salvar vidas” entre las tropas que acometen la ofensiva y se exponen al fuego de artillería enemiga. Al mismo tiempo, los tanques “proporcionan apoyo de fuego a las unidades de asalto”.
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“Sin ellos la contraofensiva podría terminar con un gran número de pérdidas y con resultados mediocres”, señala. «Los tanques son necesarios no solo para enfrentarse a las unidades de tanques del enemigo, sino también para penetrar en zonas fortificadas», explica el especialista.
Challegner y Leopard
Además de los tanques Challenger 2 prometidos por el Reino Unido y de los dieciocho tanques Leopard 2 que ha aportado Alemania, Ucrania ha recibido en los últimos días del Gobierno de Berlín 40 vehículos de infantería Marder. También esta semana, Portugal ha enviado tres tanques Leopard 2.
Polonia había enviado ya otros 14 tanques Leopard 2 y Kiev espera recibir pronto tanques estadounidenses Abrams y las decenas de vehículos acorazados Bradley para transportar tropas que también está mandando Washington. España ha anunciado que enviará seis tanques Leopard 2 a Ucrania después de Semana Santa.
Los tanques y vehículos blindados occidentales que van entrando en la dotación del ejército de Ucrania también servirán para que Kiev compense parcialmente las pérdidas acumuladas durante la guerra, afirma Kovalenko.
La importancia de la munición
Igual de determinante que los carros de combate y el transporte acorazado será que Ucrania reciba a tiempo la munición que necesita para contar con una artillería efectiva. “Hoy día las tropas rusas disparan 15.000 proyectiles cada día en la zona de guerra, mientras que Ucrania sólo puede permitirse 5.000”, dice el experto, que lo atribuye a “la falta de sistemas de artillería y de munición”.
La Unión Europea se ha comprometido a suministrar a Ucrania un millón de proyectiles de 155 mm para artillería.
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Analistas como Mykola Bielieskov, del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Ucrania, han advertido de que esta munición debe empezar a llegar en cantidades suficientes antes de junio para que Kiev pueda lanzar su contraofensiva con garantías.
Kovalenko habla también de la necesidad de aumentar el suministro de proyectiles de mortero de 120, 82 y 60 mm.
“El déficit en este campo se manifiesta de forma evidente en la zona de Bahamut”, señala en referencia a esta ciudad del este de Ucrania donde las fuerzas de Kiev siguen resistiendo sin lograr detener los avances marginales pero constantes de Rusia.
Otro elemento que complementaría la llegada de tanques y vehículos blindados fabricados en países de la OTAN sería el envío de sistemas de misiles de más largo alcance capaces de alcanzar objetivos dentro de los territorios ocupados por Rusia.
“Esto nos permitiría golpear su logística y su sistema de mando y de control, lo que incrementaría la efectividad de la contraofensiva”, concluye Kovalenko.