La selección de los mejores restaurantes, espacios y productos en la Comunidad Valenciana destaca el trabajo de cinco sectores de la provincia.
La Academia de la Gastronomía Valenciana vuelve a celebrar sus premios después de cuatro años en blanco y ha elevado a Alicante a lo más alto. José Manuel Miguel se convierte desde Calpe en el chef del año y el eldense Pablo Montoro consigue el galardón al restaurante revelación. A ellos se suman los de empresa gastronómica para Chocolates Valor, mundo del vino para las bodegas Pepe Mendoza y producto agroalimentario para la alcachofa de la Vega Baja.
La vicealcaldesa de Alicante Mari Carmen Sánchez da la bienvenida a la academia y recuerda que este es un año especialmente importante para la ciudad. «La elección de la ciudad es una prueba del momento dulce de nuestra cocina», destaca. Con ellos «nos ayuda a proyectarnos como destino gastronómico y cultural».
Sánchez recuerda el dinamismo y carácter abierto y hospitalario de la ciudad y que «hemos sabido conservar las raíces de nuestra joya gastronómica, los arroces». «Y sin hacer ruido», recalca, porque «faltaba proyectarlo al exterior». «Necesitaba de un pequeño empujón para promocionar gastronómicamente la ciudad», dice sobre una gastronomía «que se posiciona entre las mejores de España y el mundo». Como se verá, avanza, en la entrega de los soles Repsol, que reunirán a los doscientos mejores cocineros de España.
Belén Arias, la presidenta de la Academia, recuerda «el daño hecho a nuestro sector que ha hecho la pandemia y hoy brindaremos por los que han sabido remontar y brillar, en muchos casos, más que antes». Arias recuerda que es un día de celebración por el talento y capacidad de innovación. «Hemos conformado un equipo humano notable, altruista y que ha trabajado por y para el sector en un ambiente vocacional».
A ellos agradece el auge de la institución con el que celebra un gran ejercicio de 2022. «Hemos disfrutado con jóvenes promesas, con los maestros y sin olvidar la promoción y divulgación de nuestra maravillosa gastronomía». «La nuestra me atrevería a decir que es mágica», asegura la presidenta. Arias recalca que desde la Academia su voluntad es escuchar los mensajes de los chefs, de los comunicadores, de los productores, de todos los sectores implicados.
Así, arranca la parte de los premios, diez en total que valoran lo mejor del año según el jurado de la Academia. Mejor Producto agroalimentario, lo entrega María José San Román a la asociación de productores de alcachofa de la Vega Baja del Segura, que recoge su presidente Antonio Hurtado. Este ha dedicado el premio a «todas las personas que están detrás del corazón de la alcachofa: los agricultores que, cuando muchos estamos de vacaciones, están a 35 grados plantando y con el invierno recolectando para ponerlo en las mejores mesas de España y otros países».
Mejor jefe de sala lo entrega Juan Moll a José Vicente Pérez, del restaurante Bressol de València. «Es la persona que vive la gastronomía con intensidad y que ha convertido su local en un referente que pone en valor a los pescadores y los champanes», cuenta Moll. «Tengo la suerte de desarrollar un trabajo que para mí es el mejor del mundo el que durante una hora o tres la gente se olvide de los problemas y disfrute», cuenta el ganador visiblemente emocionado.
Mejor Comunicación Gastronómica lo entrega Quique Dacosta a Santos Ruiz Álvarez. «No debe haber sido fácil entregar el premio al personaje más incómodo», señala el crítico gastronómico, «tan importante como hacernos de los éxitos» hay que tener una conciencia crítica». Y se lo dedica a Ricardo Císcar, «por dejarme ser Santos Ruiz en todos los ámbitos, nunca soñé con tener un mejor patrón».
Mundo del vino lo entrega Rafael Rey a Casa Agrícola de Pepe Mendoza. «No seríamos nadie en el mundo del vino sin tu esfuerzo y dedicación», le dice José Sellés. Y el propio Pepe Mendoza dice que lo recibe «con un poco de vergüenza porque me siento muy acompañado por vosotros y con respeto porque representa a esa viticultura que representa desde la historia ya que Alicante es la cuna de la civilización del vino en Europa y nos hemos creído pequeños». Por eso destaca que cuando hace 25 años «no creíamos ni nosotros mismos, vosotros habéis sido los altavoces y la viticultura está desapareciendo pero gracias a vuestro posicionamiento seguimos teniendo cosas que decir», afirma.
Empresa gastronómica lo entrega Paco Torreblanca a Pedro López, de Chocolates Valor. Recordando el origen de esta empresa que fundó Valeriano López, conocido como Valor, en 1881, destacan que se trata de una empresa que distribuye a 50 países y que cuenta con 30 cafeterías propias. Orgulloso, «los chocolateros siempre madrugamos». «Es un enorme placer, como todo lo que intentamos hacer en casa» sobre este premio que considera que es para el mundo del chocolate. «A todo lo que le añadas chocolates lo haces mejor y ayuda a vender más», destaca. Y recuerda que el cacao vino de América, «pero el chocolate nació en España y su magia es un regalo que hemos hecho a la gastronomía».
Gestión sostenible lo entrega Cuchita Lluch a la implantación de buenas prácticas y el cultivo de proximidad a Mari Carmen Bañuls, del Grupo Ricard Camarena. «No podíamos ser sostenibles sin el equipo», ha destacado la ganadora en una breve intervención.
Talento emergente lo entrega el director gastronómico Javier Andreix a un joven que aún no llega a los veinticinco y al que le auguran una gran trayectoria por su tesón y valentía: Fran Espí, que lo dedica al equipo de La Sucursal, en Valencia, con quienes está creciendo.
Reconocimiento a la Trayectoria lo entrega Lourdes Plana Bellido, presidenta de la Real Academia de gastronomía, a quien mejora la tradición de la paella valenciana y ser la cuarta y mejor generación al restaurante Rioja de Benisanó. Un premio que recogen las diferentes generaciones que se homenajean. Santos Ruiz celebra la evolución del local en los cien años y que ofrecen la mejor paella del país.
Su cocinero, Vicente Rioja, reconoce su sorpresa porque era la primera vez «que recibimos un premio más allá de lo local». Y valora «el premio a la trayectoria porque significa mucha gente que en 99 años han ido escupiendo lo que es el restaurante». El foco en la paella, «que ojalá la hubiéramos inventado», sino que la «hemos desnudado para entenderla» con «el mejor arroz del mundo» y «buscando recuerdos de la infancia que se habían perdido por la industria cárnica». Con mención a su padre, a Quique Dacosta y Santos Ruiz, «la paella también lleva vuestro nombre». «Y la vida es muy corta para tomar malas paellas», recuerda.
Restaurante Revelación lo entrega Susi Díaz a un ganador que se marca como objetivo divulgar a los emprendedores que sumen originalidad y creatividad en una decisión que no es fácil porque hay muchísimo potencial en la Comunidad Valenciana. Y el ganador es Espacio Montoro. Pablo, su cocinero, recibe los halagos de Alberto Chicote, el chef y presentador de televisión con el que pasó por su concurso Top Chef. «Es un privilegio que contéis con nosotros porque hay muchísimos en la Comunidad Valenciana», destaca antes de agradecer también «a los clientes que desde que abrimos hace tres años han llenado todos los días».
Mejor chef del año lo iba a entregar Óscar Torrijos, uno de los primeros Michelin en la Comunidad Valenciana, pero lo ha hecho finalmente Gema Amor. Valenciano de nacimiento y por su ortodoxia en la técnica afrancesada aprendida en el hotel Ritz de París a José Manuel Miguel, de Beat en Calpe. «Son muchos años peleando y luchando por mí sueño que es cocinar y hacerlo bien», afirma. Su proyecto gastronómico en Calpe le lleǵo hace seis años cuando fueron a buscarlo en París y dijo «me falta lo más importante mi familia y mi tierra». Ahora, con dos soles Repsol y una estrella Michelin, «gracias a mi mujer y mi hija que siempre me ha apoyado para cumplir mis sueños y ser feliz».
El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, celebra que el Adda sea «el resurgir por todo lo alto de nuestra gastronomía». De un sector que «compagina la profesionalidad con estar muy bien», añade, «desde los poderes públicos queremos atraer a la gente y que así conozcan nuestros productos. El gran privilegio es que tenemos para todos porque nos retroalimentamos». «El secreto es la unión», remarca Mazón señalando a Francesc Colomer, secretario autonómico de turismo.
Colomer celebra el lema de la Academia, «la vida sin gastronomía no es vida». Por eso concluye que hay que poner el foco donde toca, «exaltar la vida es lo que nos corresponde. El mundo post-Covid volverá a repartir las cartas de juego y de nuestra capacidad dependerá el encontrar los caminos de la felicidad de todo el mundo». «La gastronomía es un momento revolucionario con la bandera de la belleza, la del talento del anonimato de las estrellas», finaliza sobre la que define como la edad de oro de la gastronomía valenciana.