Poesía. La poeta uruguaya de 98 años de edad presentó el poemario Tiempo sin claves en Casa América, en Barcelona, y lo considera como libro de despedida.
La poeta uruguaya Ida Vitale ha celebrado su 98 cumpleaños leyendo su último poemario, Tiempo sin claves (Tusquets), en Barcelona, y ha asegurado que “este libro es sin duda alguna el último” que escribe y que “quizás no debía ni haber aparecido con el poco juicio crítico” que le queda.
Un día después de su cumpleaños, la crítica literaria, traductora y ensayista ha sido sorprendida con un gran ramo de girasoles, símbolo de “la admiración que todos sentimos” por ella, ha manifestado una de las organizadoras de Casa América Cataluña, centro cultural en el que se ha celebrado el acto.
La poeta uruguaya ya estuvo en este centro en 2019, justo después de haber recibido el Premio Cervantes, y en 2014.
Vitale esta vez ha estado acompañada por el poeta y traductor Aurelio Major, con quien mantiene una amistad que, según ha dicho este, “le honra como amigo y como lector”, desde hace 30 años.
Major ha sido el encargado de presentar el acto con una breve biografía y la lectura de poemas de Ida Vitale.
La poetisa ha dicho después: “siento miedo por no estar a la altura”. Pero el público presente ha respondido con aplausos, los mismos que se han escuchado cada vez que la poeta terminaba de leer algunos de sus textos.
Escrituras del fin
En este nuevo libro la autora reúne poemas que expresan su amor por la naturaleza, sus recuerdos de viajes y lecturas o que rememoran a los seres perdidos, como los dedicados a su segundo marido, Enrique Fierro —como ella, poeta, crítico literario y traductor—, que murió en 2016. De su nuevo libro de poemas, ha dicho, “es un poco más corto porque corresponde al final: No sé si será el último, supongo que sí. También me tiene muy tentada la prosa, pero eso exige más constancia. Ya se verá”.
A veces sigue escribiendo, indica Ida Vitale, que dice de todas formas que no responde por estos versos “hasta que uno no se plantea el libro entero”, ya que “de alguna manera hay que lograr que los poemas tengan cierta unidad”. Y además, señala, los versos necesitan de una cierta tranquilidad: “Nunca he podido escribir sobre el acontecimiento, hay que proceder a decantarlo”.
Cree que, por suerte, “la poesía es algo que escapa a los planes y a los controles, como no sea al presunto control de calidad” de cada autor, aunque sostiene también que con la edad “hay un cierto deterioro en el poeta, como en todo aquello por lo que pasa el tiempo; algunas cosas mejoran, algunas cosas se revisten de antigüedad y las otras se convierten simplemente en viejas”.
El dato
La trayectoria. La poeta nació en Montevideo, 1923. Ha ganado los premios Octavio Paz (2009), Alfonso Reyes (2014), Premio Reina Sofía (2015), Premio Federico García Lorca (2016), Premio Max Jacob (2017) y el Premio Cervantes (2018).