El embarazo cambia el cuerpo, pero también la mente. Las prioridades van mutando a favor del ser humano que la mujer lleva dentro de sí y que, rápidamente, toma forma. La primera silueta, los primeros latidos, las primeras pataditas… Todo se vive intensamente mientras el cuerpo cambia, pero, a medida que lo hace no hay que dejarse llevar y descuidarse porque el parto no deja de ser un esfuerzo que requiere que la madre esté en forma.
Por eso, muchas personas acuden a un experto que cuente con material de fisioterapia y todos los conocimientos necesarios para que pueda preparar a la mujer para el parto y ayude también a fortalecer el suelo pélvico.
Con el coronavirus las clases de preparación al parto no son como lo eran antes. En algunos casos se preparan cursos online, en otros, se recepcionan vídeos que pueden ver las parejas sobre temas como el parto, el posparto o la lactancia, uno de los aspectos que más preocupa sobre todo a las madres primerizas.
Por eso, acudir de por libre a un sitio donde te puedan preparar de manera personalizada es muy ventajoso, por diferentes razones:
Toma conciencia de tu cuerpo. Si haces yoga o pilates seguramente ya tienes algo avanzado. Tomar conciencia de tu cuerpo, mover solo lo que se te dice o visualizarte es muy positivo a la hora de tener un mayor control de los movimientos en el parto.
Aprender a respirar. Respirar para relajarte o respirar al ritmo de contracciones futuras. Esto es importante para cuando llegue el gran día y tengas que estar horas en el hospital esperando a dilatar con oleadas de contracciones, probablemente, muy dolorosas.
Hacer ejercicios. En el embarazo hay que moverse. Hay que hacer ejercicio físico moderado al menos media hora al día. Andar rápido o natación puede ser lo más recurrente, sobre todo esto último, ya que es un deporte muy completo. No hay que cansarse, pero sí mantenerse en forma. En las visitas al fisio seguramente hagas tablas de ejercicios en el que muevas todo tu cuerpo y combines con la respiración y fortalecimiento de suelo pélvico.
Suelo pélvico. Esto es algo que preocupa a muchas madres, sobre todo si no es el primer bebé o se espera tener más. Hacer ejercicios de contracción de esfínteres, mezclados con respiración, es fundamental para fortalecer el suelo pélvico.
Masaje perineal. Este tipo de masajes es útil para flexibilizar el canal por donde tendrá que pasar el bebé. Es algo que enseñan las matronas, pero que también se ve con mayor detenimiento en fisios especializadas en maternidad.
Aliviar dolores. El dolor de espalda es muy común en el embarazo, sobre todo en el tercer trimestre cuando la barriga cada vez pesa más. Además de tener consejos importantes sobre higiene postural, poder recibir un masaje y descontracturar es muy bueno también para que la madre se encuentre bien.
Pujos. Aprender a hacer los pujos para dar a luz también es interesante. Trabajar en la respiración, acompasar los músculos del cuerpo es algo a lo que también puede contribuir en la preparación una fisioterapeuta.