Algunas regiones como la occidental Maharashtra, la más afectada de todas, ha impuesto duras restricciones, cercanas al confinamiento total, habilitando solo el movimiento de ciertos grupos profesionales vistos como fundamentales.
El Ministerio de Salud informó que para “evitar el pánico” sobre la disponibilidad de oxígeno en los centros sanitarios para tratar a los pacientes, se han tomado varias medidas que garantizarán su suministro en todo el país.
Entre esas medidas anunció que se ha incrementado al 100% su capacidad la producción de oxígeno, además de utilizar las reservas de las fábricas de acero, o facilitar el transporte entre las regiones menos afectadas a las más necesitadas.
Pruebas masivas y campaña de vacunación
Las autoridades subrayan que una de las claves para tratar de controlar esta segunda ola, que se ha disparado desde los esperanzadores menos de 9.000 casos diarios en febrero, es incrementar las pruebas para detectar y aislar a los infectados con nuevo coronavirus.
Hasta ahora, el país ha realizado unos 262 millones de test desde el inicio de la pandemia —1,4 millones en la última jornada—, lo que se ve insuficiente en ciudades como Nueva Delhi, donde centros privados que hacían pruebas a domicilio en menos de 24 horas hace menos de un mes, ahora tienen listas de espera de hasta cuatro días.
Como la única salida a largo plazo a esta crisis se presenta la bautizada como la mayor campaña de vacunación del mundo contra la COVID-19, con más de 114 millones de dosis administradas desde su lanzamiento en enero, de las cuales 3,3 millones se suministraron en la última jornada.
Hasta la fecha, la India fabrica y usa solo dos antídotos contra la COVID-19: Covishield, del laboratorio británico-sueco AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que se produce gracias a un acuerdo con el Instituto Serum de la India (SII); y la india Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech.
A estas dos se sumará la vacuna rusa Sputnik V, que esta semana consiguió la aprobación para su uso de emergencia, además de ser la primera fórmula que podrá ser importada, se comenzará a manufacturar en el país a través de cinco fábricas con el objetivo de producir unas 850 millones de dosis por año.
”El Gobierno debe tomar medidas urgentes para impulsar la capacidad de fabricación (de vacunas)”, insistió en un comunicado la Red de Científicos de la India (AIPSN), al ver como insuficientes los recursos actuales.