Era todavía un niño y las calles ya eran una necesidad. Uno y mil pretextos servían para poner los pies en las veredas y en las avenidas de Pueblo Libre, distrito donde nació. Ahora, a los 37 años, desde Los Ángeles, el artista grafitero Roberto Seminario, conocido como “SEF”, lo vuelve a confirmar: “Yo nunca he podido vivir sin las calles. Es más, yo vivo de las calles”, dice.
Y es verdad. Eso lo puede testimoniar los recientes murales que acaba de pintar con tema del Bicentenario en los alrededores del cuartel del Ejército Peruano, en Pueblo Libre. También los murales del Centro de Lima. Asimismo, los murales de Bogotá, Buenos Aires, Ciudad de México, Abu Dhabi, Milán, Madrid, en otras ciudades del mundo. Actualmente alista viaje a Bruselas, en donde pintará un mural por encargo del consulado peruano.
Lo interesante de sus “héroes” del Proyecto Bicentenario (Www.graffitibicentenario.pe y Www.sef01.com) es que los retrata en la edad de niños. Y él tiene sus razones y explicaciones.
El universo de la urbe
La calle siempre ha sido su hábitat. “Mi primera conquista de la calle fue con el skate. La calle me hacía libre y elegía mis barandas y veredas. El deseo era ser dueños de ellas, dueño de la calle”, explica SEF.
Pero ser dueño de las calles tenía su precio. Casi siempre regresaba con rasguños o lesiones más serias que ya preocupaban a sus padres.
“Pero igual, yo seguía yendo. Qué manera de gustarme la calle para el skate, hasta que vino un amigo de España que hacía grafitis. Cuando lo acompañaba, al principio, solo miraba”, recuerda SEF.
Pero un día se compró sus latas de spray y salieron juntos a apoderarse de una pared.
Roberto Seminario descubrió que era casi lo mismo lo que el skate: estar en las calles.
“Al principio, solo pintaba letras y símbolos, hasta que un día me animé a dibujar en un papel, y me salió bien. Entonces me dije, si lo hice en el papel ¿por qué no lo puedo hacer en una pared? Allí empezó mi carrera de grafitero”, cuenta Roberto Seminario.
El ser grafitero tenía su encanto, el de ser una aventura clandestina, nocturna. Además, se dio cuenta de que sus padres lo preferían verlo pintando que verlo tirado en el suelo con sus lesiones con el skate.
Adoptó el seudónimo de “SEF”, cuyo significado dice que algún día revelará.
SEF propiamente es un artista autodidacta, aunque llegó a estudiar pocos meses en una reconocida escuela de arte.
“La Fundación Wiese se enteró de mis trabajos y me llamó para darme una beca para una escuela de arte. Iba bien, pero tenía problemas con mis pinturas, sobre todo porque las hacía con materiales baratos y eso allí no era. Y como ya tenía mi hijo, tenía que trabajar. Tuve que abandonar la escuela”, cuenta el artista.
“Para mí fue mejor, sino ahora estaría pintando cuadritos, seguro en Europa. Pero yo no quería ser pintor de galería. Lo mío es la calle”, se reafirma SEF.
Su arte ganó prestigio internacional, y no solo lo llaman para pintar murales en ciudades del mundo, sino también representa a Loop colors, una prestigiosa marca de spray italiana que le provee de pintura en donde se halle.
En Lima, la municipalidad metropolitana lo convocó para pintar murales y él les ofreció su Proyecto Bicentenario, en el que pinta héroes en edad de niños.
“Es que yo pinto la inocencia. Si los pintara adultos, serían hombres que han vivido el bien y el mal. Pero los niños no. Ellos son puros. Si todos fuéramos niños, no habría guerra, porque los niños solo piensan en jugar”, dice SEF, el artista que vive feliz de las calles y de los colores.