Han pasado casi cincuenta años desde que una mañana de 1972 Plantu cruzó las puertas de Le Monde para ofrecer sus viñetas al prestigioso diario francés y este miércoles el ilustrador firmó allí su último dibujo, al que el vespertino le dedicó el lugar central de su portada.
Jean Plantureux, parisino de 70 años, tenía 21 cuando se acercó a la sede del periódico por primera vez y abandona el lugar camino de la jubilación convertido en uno de sus ilustradores históricos, que, con su lápiz y ojo crítico, ha sabido reflejar la actualidad del momento.
Su última viñeta estuvo dedicada al coronavirus: “¿Qué va a anunciar, señor presidente?”, le pregunta a Emmanuel Macron un ujier del Palacio del Elíseo, antes de que esta noche el mandatario −que responde desesperado “si lo supiera…”− comunique posibles nuevas restricciones para intentar frenar la pandemia.
Asegura hoy en las páginas del diario que en todos estos años le han pagado por disfrutar, algo que no cuadraba con la educación que había recibido.
“Deja de hacerte el artista”, le decían sus padres a ese niño bueno y callado para quien el dibujo era su lenguaje natural y al que, aunque todo el mundo le reconocía un don, nadie veía en esa profesión un futuro seguro.
La que ha sido su casa en este último medio siglo le dedicó hoy un especial de ocho páginas en homenaje a esa carrera que inició con la ilustración de una paloma de la paz en plena guerra de Vietnam y que, como el resto de sus viñetas, han contribuido a forjar parte de la identidad de ese diario.
En todo este tiempo, según Le Monde, atesora más de 30.000 ilustraciones, que cuando han hecho referencia a algún conflicto sangriento, por respeto para las víctimas, no iban acompañadas de texto.
“Lo que hago no es un oficio, ¡es una vida!”, recalca Plantu en la entrevista de despedida, en la que dice que se retira porque no quiere hacer el “dibujo de más” y que la gente piense que se aferra, pero está cansado.
Se va sorprendido de que presidentes, ministros y reyes hayan examinado su trabajo y colgado algunos en sus despachos, pero no se retira del todo. Exposiciones o colaboraciones son algunos de sus planes.
Plantu ha mostrado con su particular prisma la llegada de la izquierda al poder en Francia en los años 80, la apertura de China al capitalismo, el genocidio de Ruanda o el incendio de la catedral parisina de Notre-Dame.
A partir de ahora le pasa el relevo a miembros del colectivo “Cartooning for peace”, una red internacional de ilustradores de prensa que cofundó en 2006 y que defiende la libertad de expresión y el pluralismo y asegura combatir los prejuicios y el “conformismo intelectual”.
“Cartooning for peace” agrupa a más de 220 personas de 54 países y este cambio, según Le Monde, debe permitir contribuir al rejuvenecimiento y renovación de una profesión todavía muy masculina, ya que el acuerdo alcanzado impulsará especialmente la publicación de la obra de sus ilustradoras.
La retirada de Plantu coincide con la de otro gran dibujante de la prensa francesa, Willem, un holandés que este viernes cumple 80 años y que desde 1981 ha colaborado con el periódico de izquierdas Libération, además de en otros medios, como la revista satírica Charlie Hebdo.