El escritor español Javier Cercas habló desde Cataluña, vía Zoom, con periodistas de diversas latitudes, sobre su última novela, Independencia (Tusquets Editores). El protagonista, el investigador Melchor Marín, se adentra en los cenáculos políticos y económicos del poder. Investiga el chantaje de un video sexual a alcaldesa cuyo objetivo no sabe si es por beneficios económicos o por desestabilización política. Descubre que allí operan todos los hilos que maneja el poder, porque, como trasfondo, está la crisis independentista de Cataluña.
Ante ese paisaje político, el escritor definió que la política maquiavélica “tiene tantas máscaras, como la política actual que nos gobierna a nivel mundial”. Señaló que la alcaldesa en su novela “es una representante conspicua de hacer esa política”.
“Es la política que nos domina por completo, en la cual el fin justifica todos los medios. Yo soy totalmente contrario a esa política. Yo soy partidario de la política camusiana, donde el fin no justifica los medios, sino los medios justifican el fin. Si los medios son corrompidos, pueden corromper –y de hecho, corrompen– el fin más noble. Una buena causa mal defendida puede convertirse en una mala causa”, explicó Cercas.
Explicó también que Independencia, como libro anterior, Terra Alta, no tratan en específico la crisis que vivió Cataluña en el 2017, sino que esa crisis se convirtió en carburante de sus novelas.
Asimismo, detalló de dónde nació su personaje Melchor Marín.
“Creo que Melchor Marín surge casi de golpe, de una anécdota concreta, pero sobre todo creo que surge de mi propia furia, de un estado de ánimo creado por la crisis catalana del 2017”, dijo.
Explicó que, ante esa crisis, él ha tratado, como persona que vive en sociedad, de ser lo más razonable posible en sus fueros cívicos, pero una procesión va por dentro.
“Pero soy un ser humano, no soy un ángel. Por dentro tengo una furia terrible y esa furia creo que es la que ha creado a Melchor Marín. Ese dolor. Melchor Marín es un personaje al que le define la furia, el dolor, la violencia en ocasiones. Melchor Marín cabe en Mí. Flaubert dijo ‘Madame Bovary soy yo’, a mí no me queda más remedio que decir que Melchor Marín soy yo”, arguyó Cercas.
Recordó que Georges Bataille ha dicho que todos llevamos dentro una bestia, una zona tenebrosa, maldita, llena de furia, de dolor y violencia.
“Ese mundo está dentro de nosotros y la literatura es la que le da expresión a todo eso. La literatura, decía Bataille, es el lugar del mal”, sostuvo el autor de Soldados de Salamina.
Explicó que, en ese sentido, la literatura cataliza esa furia porque si esta aflora en nuestra vida cotidiana, destruiríamos a los demás y a nosotros mismos.
“La literatura nos obliga a cuestionar nuestras certezas”, enfatizó.
Recordó un diálogo con Salman Rushdie cuando este negaba la utilidad de la literatura. Cercas afirmaba que sirve para dar placer.
“La literatura es un placer, como el sexo, y también es conocimiento, como el sexo. Por eso, a la gente que no le gusta leer solo se me ocurre darle el pésame”, dijo entre risas.
Y sobre el oficio de escritor, fue severo: “Un escritor que no corre riesgos no es un escritor sino un escribano”, espetó Javier Cercas.