A pesar que en los últimos años, el Perú y América Latina hacían esfuerzos para que la brecha de género en el mercado laboral se reduzca, producto de la pandemia este indicador ha hecho que las mujeres pierdan participación en el trabajo.
El Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), coinciden que si bien la pandemia ha generado un duro golpe al empleo, el grupo que más se ha visto impactado ha sido el de las mujeres. Ante ello, han sugerido a los Estados incluir en su estrategia de recuperación tras la Covid-19, políticas para una mayor igualdad de género en el trabajo.
Recientemente, la CEPAL publicó un informe donde menciona que Perú fue el que tuvo los mayores índices de desocupación en la región en el trimestre abril-junio del 2020 con un indicador de -39,5%. Además detalla que la participación laboral femenina se redujo en 45,3% en ese mismo periodo, mayor que el de los hombres.
“Se confirma que las mujeres son las más afectadas que los hombres. El caso de Perú vemos que cayó en un -39,5% del total de la población ocupada. ¿Y cómo se distribuyó?, la variación en los hombres es de -34,9%, pero en las mujeres es de -45,3%”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
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Desocupación laboral en América Latina. Fuente: CEPAL.
En tanto, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), durante el 2020, solo en Lima Metropolitana, 575.300 mujeres dejaron de trabajar, lo que representa una reducción de 25,6% del empleo femenino, mientras que el de hombres se contrajo en 21%.
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Empleo en Lima Metropolitana. Fuente: INEI.
Brecha de género en América Latina
A nivel de América Latina, la crisis de la Covid-19 ha exacerbado las brechas de género en los mercado de trabajo, sacando de la fuerza de trabajo a millones de mujeres. Para la OIT esto significa un retroceso de más de una década.
Los últimos datos disponibles indican que en 2020 la tasa de participación laboral de las mujeres experimentó una caída histórica de 5,4 puntos porcentuales (un retroceso de 10,3%) llegando a nivel de 46,4%. Esto significa que cerca de 12 millones de mujeres salieron de la fuerza laboral regional debido a la destrucción de los empleos.
Por otro lado, la tasa de desocupación regional de las mujeres en 2020 aumento de 10,3 a 12,1 por ciento, por encima del promedio de desocupación general, que subió a 10,6 por ciento, según se destacó en el último informe Panorama Laboral de la OIT. Esto significó que aproximadamente 1 millón 100 mil de mujeres se incorporaron al desempleo femenino durante el año pasado.
En suma, 13 millones 100 mil mujeres han visto desaparecer sus puestos de trabajo a causa de la abrupta baja en la participación laboral y el aumento del desempleo este último año. A ello se le añaden a cerca de 12 millones que ya estaban afectadas por la desocupación desde antes de la pandemia. En total, alrededor de 25 millones de mujeres están desempleadas o se encuentran fuera de la fuerza de trabajo en este momento.
Unas 12 millones de mujeres salieron de la fuerza laboral en América Latina. Foto: La República.
Unas 12 millones de mujeres salieron de la fuerza laboral en América Latina. Foto: La República.
Las mujeres además han sido afectadas en el mercado de trabajo por su mayor presencia en sectores económicos fuertemente afectados por esta crisis como, por ejemplo, los servicios, donde se desempeña cerca de 50% de la fuerza laboral femenina, y de comercio, con 26%.
La contracción del empleo en 2020 fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6%) y comercio (-12,0%). A ello se le suma la mayor incidencia de ocupaciones informales que fueron particularmente golpeadas por la crisis en el empleo femenino.
Diferencias
Un informe del Banco Mundial, reveló que en el inicio de la pandemia las mujeres tenían un 44% más de probabilidades que los hombres de perder su empleo de manera temporal o permanente.
Esta diferencia se mantuvo sin cambios en torno al 15% una vez que los trabajadores temporalmente desempleados comenzaron a volver a sus lugares de empleo. No obstante, la pérdida permanente de trabajo afectó a una de cada cinco mujeres.
No todos los países se vieron afectados de la misma manera. Por ejemplo, en el inicio de la pandemia las diferencias más notorias en la brecha de género se registraron en Honduras y Costa Rica, donde la variación en la probabilidad de perder el empleo entre hombres y mujeres alcanzó los 25 puntos porcentuales. Bolivia y Perú, en tanto, exhibieron las menores diferencias a nivel regional, con 10% y 11% respectivamente.
Por otro lado, el informe revela que 4 de los 5 sectores más afectados por la pandemia -el comercio, los servicios personales, la educación y la hotelería y gastronomía-, que antes de la pandemia empleaban a mujeres en una proporción de 60%, explican el 56% de puestos de trabajo perdidos en medio de la crisis.