Un terremoto de magnitud 7,3 sacudió la madrugada del viernes las aguas al noreste de Nueva Zelanda, lo que produjo una alerta de tsunami, aunque inicialmente no se han registrado víctimas ni daños materiales.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que vigila la actividad sísmica en todo el mundo, situó el hipocentro del seísmo a 20 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino.
El temblor se localizó a 178 kilómetros al noreste de Gisborn y 228 al este de Whakatane, ambas ciudades en la Isla Norte del país.
El mismo organismo registró más tarde dos réplicas de magnitud 5,4, con hipocentro a 5 kilómetros de profundidad, y de magnitud 5,5, a 10 kilómetros bajo el lecho marino, en la misma zona.
El Centro de Alertas por Tsunami del Pacífico emitió una alerta de tsunami con olas de hasta un metro para Nueva Zelanda, pero más tarde canceló el aviso.
Sin embargo, las autoridades neozelandesas mantienen la alarma por posible tsunami para gran parte de la costa norte del país.
Nueva Zelanda, con una población 4,6 millones de habitantes, se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra unos 14.000 terremotos cada año, de los que entre 100 y 150 tienen la suficiente potencia como para ser percibidos.