Wili Pinto Cárdenas, el director del grupo de teatro y del centro cultural Maguey, busca salidas. Sostiene que han resistido diez meses la pandemia y que ahora, que se han establecido los protocolos sanitarios oficiales en el campo escénico, reabrirá un taller presencial para estudiantes de teatro y actores (para los niños, continuarán siendo virtuales). Asimismo, alista dos estrenos unipersonales.
“Como grupo, hemos resistido esta crisis con disciplina, austeridad, pasión, pero también con el compromiso colectivo que tenemos todos los que formamos Maguey”, señala Pinto Cárdenas.
Asegura que durante estos meses el centro no ha parado en la tarea de ofrecer talleres virtuales, pero ahora, con los protocolos, están ante otra situación.
“Con reabrir el centro −agrega−, cumplimos con dos necesidades complementarias: uno, el trabajo artístico con el que grupos independientes como Maguey, que es autogestionario, recuperan sus fuentes de ingresos como trabajo profesional y, dos, se atenderá la necesidad del público que, a pesar de las dificultades, quiere ser parte del movimiento cultural, espiritual que suscita el teatro”.
El teatro es insustituible
Durante estos meses de crisis, Wili Pinto, como todos, ha recurrido a la virtualidad, que les ha servido mucho. Sin embargo, no está convencido.
“El teatro en vivo es insustituible. O sea, las posibilidades que han surgido con los recursos virtuales, bienvenidas como una opción, pero no es nuestra propiamente. Se puede llamar, en términos simbólicos, teatro virtual, pero no es. El teatro es una experiencia irremplazable donde el público y los actores y actrices comparten un ritual artístico en un espacio común, y eso mueve energías vivas. Eso solo se alcanza con el teatro en vivo, presencial”, enfatiza.
Por eso, argumenta, a pesar de que la tecnología hace muchos años ha avanzado muchísimo en el video, en el cine, “siempre sigue existiendo el teatro como una opción para un sector del público”, entonces “esa opción necesita ser atendida” reabriendo las salas de teatro.
Obras a la vista
Con el ánimo de reencontrarse pronto con el público, Maguey trabaja dos estrenos. Como exigen estos tiempos, son unipersonales, cuya dramaturgia y dirección es de Wili Pinto.
“Fabiana, pasos y latidos está a cargo de Graziapaz Enciso. Es la historia de una mujer esclava de origen africano. Lo sorprendente es que Fabiana se entreteje con la memoria personal contemporánea de la actriz, que también es afrodescendiente”, explica Wili Pinto.
Wili Pinto Cárdenas Cultura Teatro
La actriz. Graziapaz Enciso en Fabiana, pasos y latidos. Foto: difusión
La otra obra es Azul naranja. En realidad, es un unipersonal que se quedó a medio camino por la pandemia y que ahora busca reponerse.
“Cuenta con la actuación de María Luisa De Zela. Está inspirada en un cuento de Gabriel García Márquez y explora la vida de una mujer de todas las edades que posee una inefable y dolorosa belleza transmitida de generación en generación. La mujer es recorrida internamente por diminutos insectos que viajan dolorosamente a través de sus arterias. Una metáfora sobre la relación entre las fachadas y las verdades internas a través de la historia latinoamericana”, detalla el director.
La crítica continúa
El director de Maguey, cuando empezó la pandemia, fue muy crítico con el Ministerio de Cultura. Como todos, desde el campo de la cultura, exigía apoyo. Pasados los meses, admite haber sido beneficiado, pero igual mantiene su crítica.
“Conservamos nuestra posición crítica porque nos parece que la respuesta es aún insuficiente. Hay un gran sector de artistas independientes que no ha podido acceder a este recursos por diferentes razones. Incluso algunos reconocidos como proyectos aptos, pero les han dicho que ya no hay fondos”, puntualiza.
Manifiesta que sigue reclamando, como grupo y movimiento de teatro, que se amplíe y se haga una política más eficiente.
“Pedimos que el Ministerio sea atendido por el Estado con un mayor reconocimiento de su importancia, porque un Ministerio que no tiene presupuesto tampoco puede ser eficientemente. Yo creo que, más allá de la corrupción, es un asunto más estructural. Los candidatos nunca dicen nada sobre cultura”, afirma Wili Pinto.
“Al final −concluye−, la cultura no la hace el Ministerio, la cultura la hacemos los artistas y gestores. El Ministerio solo es una caja de resonancia y promoción, pero no ese llamado a hacer la cultura. La cultura no se hace desde arriba, la cultura se hace desde abajo, a través de los propios artistas y gestores culturales”.
El dato
Taller presencial. Taller de entrenamiento actoral. Inicio: 12 de enero.
Virtuales. Teatro de artes integradas para niños de 5 a 12 años. Inicio: 11 de enero. Taller Cuerpo, mente y balance. Todo público. 15 de enero. Informes: Tel.: 263 5118.