Carlos Espinoza es un joven de 33 años con discapacidad visual. En menos de un mes egresará de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; sin embargo, para llegar hasta esta situación tuvo que tener como aliado desde el colegio al sistema braille, famoso código en relieve que representan letras, signos de puntuación, números, entre otros.
“No nací ciego. A los 12 años, a raíz de un accidente, perdí la visión, por lo que tuve que adecuarme a este sistema. El braille es importante en la etapa inicial del aprendizaje, porque es ahí donde se desarrolla nuestra capacidad de leer, entender y escribir textos”, menciona el estudiante.
Sobre este punto, aparece la primera gran brecha que afronta la población con discapacidad visual: la falta de acceso al braille.
“Circulo vicioso”
De acuerdo con el Censo 2017, 1 473 583 personas respondieron que tenían dificultad para ver. De esa cifra, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), solo el 6% usa el sistema braille.
Al respecto, el comisionado de la Defensoría del Pueblo Carlos Herrera señala que la falta de acceso al braille y otros sistemas inclusivos provoca que se genere un “circulo vicioso” en el que la persona con discapacidad visual no aprende ni desarrolla por completo sus habilidades y potencialidades, y no sabe cómo defender sus derechos.
“No se les permite que salgan de la situación en la que están. También sucede que los padres y madres tienen expectativas bajas sobre la educación que recibirán sus hijos con discapacidad visual. A veces pasa que el estudiante es promovido de grado, pero sin que se hayan garantizado los logros de aprendizaje”, sostiene.
Por su parte, la educadora Esperanza Villafuerte, quien también es una persona con discapacidad visual, considera que un alumno que no accede al braille es “educacionalmente ciego”, ya que, a pesar de los libros relatados en soportes digitales, el mencionado código es “el único [medio] en el que tanto la escritura como la lectura se producen en forma directa”.
“Es un mito [la afirmación de] que todos los niños ciegos leen en braille”, agrega.
Pérdida de autonomía
Luego de la etapa escolar surge otra de las barreras: el paso de la persona con discapacidad visual en centros de estudios superiores.
Al respecto, Carlos Espinoza agrega a su testimonio que en la universidad en la que estudia, para empezar, no existe un catálogo en braille en el que pueda enterarse de qué material bibliográfico tiene a su disposición, por lo que tiene que apelar a la asistencia y empatía de otras personas. Es decir, pierde autonomía.
Según narra, por esto último también padeció cuando se presentó dos veces a exámenes de admisión en esa casa de estudios, ya que las evaluaciones no eran en braille, sino que eran asistidas por una segunda persona.
“Esa persona me decía que preste atención, que no podía repetir las preguntas dos veces. Yo creo que alguien superdotado responde a la primera, incluso con problemas matemáticos sin ver. Ese tipo de evaluaciones se dio hasta antes de la pandemia”, continúa.
Sin embargo, la misma emergencia nacional por el coronavirus pudo servir para demostrar que existen opciones de fácil acceso para mejorar la calidad de educación que se brinda a la persona con este tipo de discapacidad.
Espinoza menciona que herramientas como Google Forms facilita la accesibilidad de las evaluaciones, por lo que no se pone en riesgo su autonomía.
El braille no solo está en textos. Otra de las utilidades de este sistema está en la señalética en las infraestructuras.
Espinoza resalta la importancia del uso de estos relieves, ya que orienta a la persona con discapacidad visual sobre el espacio en el que transita. Sobre ello indica que en su universidad no hay ni los rótulos de identificación de cada aula o auditorio, por lo que nuevamente debe apelar a la empatía de otras personas.
Este 4 de enero se celebra el Día Mundial del Braille, fecha elegida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) porque coincide con la conmemoración del nacimiento de Louis Braille, creador del mencionado sistema de escritura en relieve.
Dato:
El sufragio es otra situación donde se cuestiona la pérdida de autonomía de las personas con discapacidad visual. Sin embargo, tal como informó La República en enero del 2020, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) dispone de tres formas de votación, entre ellas la que requiere de una plantilla braille para la cédula electoral.