¿QUÉ ES EL EFECTO PLACEBO?
Un placebo es un medicamento, dispositivo o tratamiento que no tiene efecto terapéutico alguno en el cuerpo humano, pero que produce en el paciente una mejora sintomatológica sustancial, obteniendo resultados positivos. Este efecto se ha observado especialmente en el dolor, la fatiga, la ansiedad y el distrés (Wager, T.D., Atlas, L.Y., 2015).
La clave detrás del efecto placebo, está en la creencia del enfermo de que una intervención o fármaco le va a ayudar con su problema.
Este efecto se ha estudiado científicamente y de hecho cuando se hacen las pruebas de los fármacos, la efectividad de estos debe superar el 30% de eficacia, pues dicho porcentaje se puede asociar a una mejora creada por el efecto placebo.
Los placebos habituales son: pastillas de azúcar simulando ser un fármaco y cirugías placebo, donde el paciente cree haber sido intervenido quirúrgicamente por su problema de salud aunque no se ha realizado dicha operación.
Este efecto deja al descubierto que nuestra mente es capaz de sanarnos físicamente cuando creemos que una intervención o fármaco, nos va a curar. Cuando ocurre esta creencia profunda en el paciente, el cuerpo comienza a trabajar de manera silenciosa para equilibrar la salud una vez más, convirtiéndonos en sanadores desde dentro.
EFECTO PLACEBO Y ALIANZA TERAPÉUTICA
Yo creo que una buena alianza terapéutica con los profesionales de la salud, también se puede convertir en un efecto placebo. Cuando un profesional confía en nuestra capacidad para mejorar, nos acompaña por el camino, nos escucha activamente, atiende a nuestro mundo emocional y acoge nuestro sufrimiento, comenzamos a creer en nuestra recuperación y en nosotros mismos.
El proceso por el cual la alianza terapéutica se puede convertir en un placebo, es porque aunque no haya una sustancia que afecte directamente a la dolencia o enfermedad, la confianza depositada en el profesional, activa complejos sistemas de neurotransmisores (endorfinas, dopamina, etc.) y ciertas áreas cerebrales centradas en las emociones. Y todo esto puede explicar la mejoría física (Kaptchuk, T.J., Miller, F.G., 2015).
Se han estudiado las variables implicadas en una respuesta de este tipo y se ha hallado que existen ciertos factores relacionados con la personalidad del paciente, como: optimismo, mayor sugestionabilidad, empatía, altruismo o mayor atención al cuerpo y sus funciones (Corsi, N., Colloca, L., 2017).
El efecto placebo considero que es una prueba de cómo podemos cambiarnos y sanarnos desde dentro. Cuando confiamos en nosotros, en nuestra capacidad de sanación, cuando somos positivos y esperamos lo mejor de la vida, creamos espacio para la curación profunda, aquella que nos sana emocional y físicamente.
EL PODER NEGATIVO DE LA MENTE: EL EFECTO NOCEBO
También debes saber que nuestra mente tiene la capacidad de imaginar y atraer efectos negativos en base a las expectativas que tenemos sobre la vida pero también sobre ciertos tratamientos e intervenciones.
El efecto nocebo se ha observado en diversos estudios. Algunos pacientes que recibían un placebo, aseguraban experimentar efectos secundarios negativos similares a los que experimentaban los pacientes que estaban recibiendo el tratamiento real. Se cree que el hecho de informar previamente a los sujetos sobre los efectos adversos del medicamento, fomenta la aparición de esta sintomatología a pesar de ser tratados con un placebo (Colloca, L., 2017).
Este efecto negativo, aparece en pacientes que tienen ciertas características de personalidad: ansiedad, miedo al dolor, interpretación catastrófica sobre la presencia del dolor y gran sensibilidad al funcionamiento corporal, llegando a malinterpretar ciertos síntomas físicos como negativos en lugar de considerarlos parte del funcionamiento corporal habitual (Corsi, N., Colloca, L., 2017).
EL PODER DE LA MENTE
Si lo piensas detenidamente, comprenderás que tu mente tiene un gran poder dormido, uno que no conoces y que parece actuar de manera anónima.
Tus creencias y expectativas tienen la capacidad de moldear tu vida, pues a través de ellas creas la realidad que vives cada día. Tus creencias te ayudan a crear un mundo amenazante o lleno de calma, lo que te puede llevar a pensar que vives en un mundo caótico o en uno lleno de armonía.
Todas las posibilidades viven en ti. Si esperas que las cosas te van a salir bien, te saldrán bien, pero si anticipas que habrá obstáculos y te costará mucho esfuerzo alcanzar tus metas, ten por seguro que así será.
De modo que cuida lo que piensas y sientes. Regula tus emociones, sé optimista, espera lo mejor de la vida y de ti mismo, quiérete y sé tu prioridad.
Cuida tus pensamientos y emociones porque tienen el poder de hacerte sentir abundante y positivo o limitado y negativo