El partido de Liga de Campeones entre el París SG y el Basaksehir, convertido en un símbolo de la lucha contra el racismo en el fútbol, se reanudó este miércoles después de que fuese interrumpido la víspera después de que uno de los árbitros llamara «negro» a un miembro del cuerpo técnico del club turco.
En el Parque de los Príncipes, con grandes pancartas con el lema ‘No la racismo’ en unas gradas vacías por la pandemia, los jugadores de ambos equipos calentaron con camisetas blancas con el escudo de los dos clubes y el mismo mensaje antirracista.
Después, justo antes del pitido inicial, los 22 futbolistas y el equipo arbitral se unieron alrededor del círculo central para apoyar una rodilla en tierra y levantar el puño, el gesto que se ha convertido en símbolo en Estados Unidos y después por todo el mundo, originario del movimiento ‘Black Lives Matter’, contra el racismo y la violencia policial.
Una escena que sigue al histórico gesto realizado por los jugadores en la víspera, cuando se escuchó al cuarto árbitro Sebastian Coltescu designar al entrenador asistente Pierre Achille Webó como «el negro» en rumano («negru»), lo que provocó la ira de los futbolistas y del cuerpo técnico del equipo turco y luego del PSG, que acordaron abandonar el terreno de juego luego de unos minutos de tensas conversaciones.
Esta decisión de gran simbolismo y nunca vista en la élite del mundo del fútbol, tachado en ocasiones de laxo sobre este tema, fue aplaudida por todo el mundo: «Hartazgo» o «Punto de inflexión», titularon L’Equipe y The Guardian, respectivamente.