Hoy en esta “mesa camilla”, que, tan generosamente, me han prestado los compañeros de Formación Alcalá, me gustaría compartir con vosotros unas pincelas de un tema que me fascina: la resiliencia psicológica.
Al hilo de lo anterior, considero más que justo y apropiado empezar a hablar de resiliencia citando a mis principales fuentes de inspiración teórica.
“La resiliencia es más que resistir, es también aprender a vivir “. Boris Cyrulnik.
Empecé a oír hablar de resiliencia psicológica, hace más de quince años, de la mano de dos referentes absolutos como Boris Cyrulnik y Viktor Frankl. Desde entonces, no he dejado de sentir curiosidad y admiración por los entresijos, las singularidades y los límites de nuestra resistencia humana y nuestra fortaleza emocional, más allá de la dificultad, el trauma y los vaticinios más pesimistas.
Coincidiendo con una de las mayores lecciones de humildad que he vivido, en el año 2009 tuve un golpe de realidad sobre este constructo y pude admirar ejemplos andantes de resiliencia infantil en el hogar de menores nicaragüense “Puente de Amistad”.
Estuve conviviendo unos meses con las sonrisas de niñas y estos niños mágicos que cargaban sobre sus hombros mochilitas cargadas de historias de orfandad, abandono, de negligencia familiar, de abuso, de institucionalización, de precariedad, de exclusión y de clara dificultad social.
En mi cabeza no dejaban de rebotar interrogantes del tipo ¿Cómo enfrentan estas/os niñas/os eventos tan difíciles que transforman sus vidas? ¿Cómo son capaces de reaccionar, adaptarse y reponerse a eventos traumáticos como la muerte de sus progenitores, los abusos sexuales, el abandono, la enfermedad, la pobreza y otras situaciones catastróficas?
En Managua descubrí, en la práctica, cómo aquellos pequeños nicas demostraban, contra todo pronóstico, una capacidad sorprendente para resurgir tras la dificultad y el sufrimiento. En sus habilidades resilientes descubrí el principal motor humano para superar el dolor, recalibrar el recorrido vital y seguir adelante, con un nuevo propósito, a pesar de lo vivido. Parece magia o un súper poder especial, pero es resiliencia.
“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. Viktor Frankl.
Once años después de mi experiencia “nica”, en otro contexto de adversidad muy diferente, causado por la crisis sanitaria del coronavirus, vuelvo a escuchar ecos de la palabra resiliencia por todas partes.