Las redes de pesca abandonadas son la forma más letal de los desechos plásticos para la vida marina, pues matan a numerosas especies, como tiburones, rayas, aves, mamíferos marinos y tortugas, y amenazan la existencia de otros pequeños cetáceos que se encuentran al borde de la extinción, advirtió el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Tras lanzar una campaña mundial en favor de océanos libres de plásticos, el director regional de WWF para América Latina y el Caribe, Roberto Troya, explicó que las redes de pesca fantasmas (artes de pesca abandonados) lesionan y matan a más de 557 especies marinas.
Entre esas especies, precisó, se incluye el 66 % de los mamíferos marinos, 50 % de las aves marinas y todas las especies de las tortugas marinas. “Las somete a una muerte lenta, dolorosa e inhumana”, aseveró. También dañan hábitats marinos vitales, como los arrecifes de coral y los manglares.
Pero no solo eso, dijo, también amenazan las fuentes de alimentos y los medios de vida de comunidades costeras y pescadores cuyas vidas dependen de la actividad pesquera. Según informó el representante de WWF, esta actividad genera unos 200 millones de empleos directos o indirectos en el mundo.
“Más de 3,000 millones de personas [cerca de la mitad de habitantes del planeta] dependen del pescado como fuente principal de proteínas. Con una población mundial en aumento habrá mayor demanda de recursos marinos y, por lo tanto, se incrementará el uso de redes pesqueras. Evitemos que los océanos se ahoguen en un mar de plásticos”, enfatizó.
Falta diagnóstico
A pesar de esos números, en América Latina se desconoce la magnitud del problema. “La falta de un diagnóstico regional sobre el abandono y la pérdida de redes contrasta con los datos que, a escala mundial, señalan que cada año se pierden en los mares hasta un millón de toneladas de artes de pesca”, señaló Aimée Leslie, directora del programa Océanos y Vida Silvestre de WWF Perú.
Para la especialista, desconocer la magnitud del problema no nos libera de los daños que las redes provocan no solo a las especies marinas y a los océanos, sino también a las comunidades de pescadores, ya que merman sus ingresos al reducir las posibilidades de captura.
“Ningún pescador quiere perder sus artes de pesca. Es su medio de vida y sustento, y puede representar una inversión financiera considerable. Incluso, en las pesquerías mejor gestionadas, los artes de pesca se abandonan, se pierden por el clima, problemas mecánicos o errores humanos y la pesca ilegal”, detalló.
También se refirió a los efectos que tiene en la salud humana, pues los artes de pesca están hechos con polímeros y otros materiales contaminantes que, al ser tragados por especies de consumo, se convierten en nocivos para los humanos.
Sin embargo, indicó, un aspecto positivo de esta situación es que algunos países latinoamericanos ya cuentan con programas de reciclaje, lo cual es un paso en el camino correcto.
Pérdida de artes de pesca
Un estudio reciente sobre las tasas mundiales de pérdida de artes de pesca, elaborado a partir de fuentes principalmente del hemisferio norte, estimó que el 5.7 % de todas las redes de pesca, el 8.6 % de las trampas y nasas y el 29 % de todas las líneas de pesca utilizadas en el mundo se abandonan, pierden o descartan en el medio ambiente.
Un ejemplo de la magnitud del problema es que al menos el 46 % de las 79,000 toneladas de plástico que forman el Gran Parche de Basura del Pacífico está hecho de artes de pesca.
Para hacer frente a este problema, Jorge Rickards, director general de WWF México, invitó a la comunidad a unirse la campaña #NoMásRedesFantasmas, que busca sumar a más de 2 millones de adherentes a favor de un nuevo tratado para combatir la contaminación marina por plásticos y lograr así que al menos 10 países más se unan al llamado para la creación de este documento.
La iniciativa exhorta a las personas a tomar una foto de una especie marina, donde sea que la encuentren —en un tatuaje, un libro, una película, en vivo—, le dibujen un hashtag a modo de red encima y la compartan en sus redes sociales, como una forma de visibilizar la situación, y a firmar la petición en go.panda.org/plastics, que hasta el momento tiene el respaldo de 1.9 millones de firmas, pero la meta es contar con más de 2 millones.
Amenaza
Los expertos de WWF aseguran que esta amenaza puede ser detenida mediante medidas reglamentarias y vinculantes eficaces, impulsadas por el mercado; y voluntarias, centradas en políticas y prácticas preventivas, curativas y de mitigación; y en la innovación en el diseño de los artes de pesca.
Por esa razón, la organización invita a los gobiernos de todo el mundo a adoptar las mejores prácticas para la gestión de los artes de pesca, implementar innovaciones y unirse a la Iniciativa Global de Redes Fantasma (GGGI, por sus siglas en inglés), la única alianza mundial intersectorial comprometida a impulsar soluciones.
“Ofrece a sus miembros acceso a apoyo técnico crítico para abordar las redes fantasmas en pesquerías nacionales, promueve la práctica del impacto colectivo y ayuda a desarrollar la capacidad mundial para resolver este problema. El mundo necesita un marco jurídico reforzado para enfrentar la contaminación por plásticos marinos y redes fantasmas”, remarcó Roberto Troya.
Por eso es importante, precisó, que los gobiernos se comprometan a elaborar el nuevo tratado para combatir la contaminación por plásticos marinos, el sistema jurídico actual es fragmentado e ineficaz, aclaró.