El Perú alista su reactivación turística y en sus destinos ubicados en las diversas regiones se está implementando el protocolo sanitario para recibir, en primer término, a visitantes nacionales. En el Día Mundial del Turismo, a celebrarse mañana domingo 27, cabe recordar cuáles son los destinos más emblemáticos de nuestro país.
Machu Picchu
La ciudadela inca de Machu Picchu, el principal ícono turístico del Perú y Patrimonio de la Humanidad , es una de las construcciones humanas que concita un gran interés en el mundo. Su imponente y enigmática arquitectura, edificada íntegramente en piedra sobre una escarpada montaña, a 2,430 metros sobre el nivel del mar, así como la revitalizante energía que se percibe al recorrer sus instalaciones, son los principales aspectos que cautivan a los visitantes y motivan a visitar y retornar más de una vez a una de las siete nuevas maravillas del planeta.
Desde mediados de marzo las visitas a la ciudadela inca se encuentran suspendidas debido a la pandemia de coronavirus (covid-19). En la actualidad, Machu Picchu se prepara para recibir a los turistas con la implementación de medidas para el cumplimiento del protocolo sanitario.
Cañón del Colca
El Cañón del Colca, con una profundidad estimada en 4,160 metros en el sector de Canco, distrito de Huambo, provincia de Caylloma, departamento de Arequipa, es uno de los más profundos del planeta.
Ostenta una deslumbrante belleza natural y paisajística que lo ha posicionado como el principal atractivo turístico de Arequipa y uno de los favoritos por los visitantes en el sur peruano.
Además de su cautivante geografía y la oportunidad de apreciar el majestuoso vuelo de cóndores, las aves más grandes de los Andes, los visitantes destacan la riqueza cultural de las poblaciones que habitan en las proximidades del Cañón del Colca y que conservan su herencia cultural a través de su idioma, vestimenta, gastronomía, artesanías diversas, costumbres ancestrales y festividades.
Kuélap
La ciudadela fortificada de Kuélap es actualmente el principal atractivo turístico de la región Amazonas y concita un creciente interés de los visitantes nacionales y extranjeros.
Esta fortaleza construida íntegramente con piedras, entre los siglos XI y XVI d.C., constituye la mayor herencia material de la cultura Chachapoyas. Está localizada en la cima del cerro Barreta, en la parte alta del valle del río Utcubamba, en la provincia de Luya, a poco más de 70 kilómetros al suroeste de la ciudad de Chachapoyas.
Este complejo posee una arquitectura circular que se extiende a lo largo de casi 600 metros y tiene como perímetro una muralla que en algunos puntos alcanza los 19 metros de altura. Existen tres entradas que permiten acceder al corazón de la fortaleza. En una de ellas los pasadizos van estrechándose hasta impedir que pase más de una persona a la vez, lo que facilitó la defensa de sus antiguos habitantes.
Desde marzo del 2017 se puede llegar con mayor facilidad a la ciudadela de Kuélap gracias al teleférico, el primero que opera en el Perú, reduciendo el tiempo de traslado, a pie en aproximadamente tres horas por una trocha de 32 kilómetros, a solo 20 minutos.
Gracias al teleférico y el incremento de vuelos desde Lima se ha vuelto más accesible la visita a este complejo arqueológico cuya construcción, hecha por la civilización Chachapoya, es más antigua que Machu Picchu.
Chan Chan
Es la ciudad de adobe más grande de América y capital de la civilización Chimú. En el interior del complejo arqueológico se aprecian plazas, almacenes, viviendas, talleres, mercados y templos en más de 20 kilómetros de extensión. En el centro de esta ciudadela preinca, que se remonta al año 600 d.C. se ubican nueve palacios. Dentro de la ciudad vivían 20,000 personas.
Resalta también la presencia de almacenes donde se depositaban productos manufacturados del exterior, como artesanías y orfebrerías, que llegaban para tributar a sus dioses. Sus plazas y corredores lucen decoraciones de relieves polícromos.
En 1986 la Unesco la incluyó en la Lista de Patrimonio Mundial. El organismo internacional considera que Chan Chan aporta un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una civilización desaparecida.
Lago Titicaca
Es uno de los nuevos imanes turísticos del Perú. El lago sagrado, de cuyas aguas color zafiro surgieron -según una remota leyenda- Manco Cápac y Mama Ocllo, los fundadores de la civilización incaica, es también el epicentro de la cultura aimara.
El lago Titicaca atrae a los visitantes por sus relucientes aguas que acogen a islas flotantes hechas de totora donde viven ancestrales culturas aimaras.
Estas poblaciones altiplánicas invitan a una estancia nutrida de vivencias con sus tradiciones y costumbres milenarias. Y maravillarse con impactantes amaneceres y puestas de sol en el lago más alto del mundo y el más grande de Sudamérica.
Paracas e islas Ballestas
Visitar la Reserva Nacional de Paracas y navegar por las islas Ballestas es conocer uno de los más icónicos ecosistemas marino-costeros del Perú. Recorrer el área natural protegida emblemático de la región Ica, ubicada a 245 kilómetros al sur de Lima, constituye un extraordinario escenario para la observación de aves, la caminata por sus apacibles playas.
Adentrarse al mar es otra de las motivaciones para conocer esta parte del Perú. Al avanzar hacia alta mar se puede apreciar a lo lejos dos imágenes cautivantes: el enigmático Candelabro impreso en una de las dunas costeras de Paracas, y las islas Ballestas pobladas de lobos marinos y aves guaneras.
La aventura en esta área natural protegida no termina con este recorrido en tierra y mar, sino que continúa en una fiesta culinaria donde los productos marinos son los protagonistas de platos estrella de la gastronomía peruana. Hablamos del reconocido ceviche en sus diversas presentaciones, la parihuela (sopa de pescado y mariscos) o un sencillo pescado frito acompañado de yucas o papas doradas, arroz blanco y ensalada de cebollas, tomates y lechugas marinadas con jugo de limón y ají limo, entre otros potajes.
Líneas de Nasca
La árida costa peruana ofrece uno de los mayores y silenciosos misterios del planeta. Figuras gigantes de animales y otras geométricas de complejo significado se extienden sobre un arenal de 50 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho. Estas solo pueden apreciarse en su plenitud mediante un sobrevuelo.
Con una antigüedad estimada en 550 d.C., estos pictogramas que sobreviven al tiempo fueron usados al parecer por los antiguos peruanos de la civilización Nasca como un gigantesco calendario solar y lunar, según María Reiche, la investigadora alemana que dedicó su vida al estudio de estos geoglifos.
En febrero de este año se inauguró la nueva torre mirador de las Líneas de Nasca, infraestructura que brinda al visitante una plataforma de observación moderna, segura y cómoda para el avistamiento desde una altura de 20 metros.
Ollantaytambo
Lugar histórico también conocido como “la fortaleza de los dioses”, es uno de los atractivos turísticos más concurridos en de Cusco. Este sitio funcionó como un centro ceremonial para los incas, además de ser un puesto de control para quienes pasaban por el Valle Sagrado. Las grandes murallas, las torres de vigilancia y el perfecto tallado de las paredes de piedra impresionan a todos los viajeros que lo recorren.
Las construcciones de Ollantaytambo tuvieron un el rol de proteger el Valle Sagrado. Debido a su ubicación estratégica, fue un centro de operaciones durante la invasión española. Además, los investigadores indican que fue un sitio en donde se le rindió culto al agua.
La fortaleza se ubica en el distrito del mismo nombre, a unos 90 kilómetros de la ciudad del Cusco. Hasta la fecha, aún viven familias allí, en medio de las calles por las que caminaron sus ancestros.
Callejón de Huaylas
Prestigiosas publicaciones internacionales de viajes y turismo como Lonely Planet consideran a los Andes centrales peruanos como una de las cordilleras más impactantes del planeta, no solo porque configuran una gran cadena de montañas nevadas dueñas de una impresionante altura que invitan a contemplar su majestuosa belleza haciendo caminata o intentar coronar sus cumbres si se practica el alpinismo.
Dentro de esta vastedad montañosa la publicación internacional resalta el Callejón de Huaylas, que concita una creciente presencia de visitantes interesados en cubrir rutas de gran extensión para contemplar la bucólica belleza de los valles interandinos con su singular flora y fauna, lagunas de color turquesa y colosales picos nevados.
Una de las rutas más populares es la de Santa Cruz, de 45 kilómetros de longitud y que permite ascender en su punto más alto a 4,750 metros sobre el nivel del mar. En este periplo de inolvidable experiencia turística destaca el ascenso a la laguna Churup, conocida como la “Laguna de siete colores”, localizada a más de 4,000 metros de altitud y a pocos kilómetros de la ciudad de Huaraz.
Apurímac
Hacer parapente en Sóndor, canotaje en el río Pachachaca, caminata por el bosque de piedras de Pampachiri y downhill en bicicleta son algunas de las actividades que se pueden disfrutar durante la estadía en la región de Apurímac, considerada como el perfecto escenario para los deportes de aventura.
Y si lo que se busca es recuperar las energías están los baños termales de Cconoc y sitios arqueológicos emblemáticos como Saywite y Sóndor que brindan una experiencia única.
Moyobamba
Además de ser conocida como la Ciudad de las Orquídeas, Moyobamba es la puerta de ingreso a la Amazonía, la selva tropical más extensa del orbe. Gracias a su formidable belleza natural y crecientes emprendimientos turísticos, la capital de la región San Martín se ha convertido en los últimos años en un destino de impostergable visita al nororiente peruano.
Es un destino ideal para el ecoturismo, gracias al trabajo conjunto de las autoridades con las comunidades locales. Entre los sitios a conocer y disfrutar destacan el Morro de Calzada, una colina boscosa, mirador natural y punto de observación de aves. Además, se puede realizar un paseo por el serpenteante río Mayo, así como una visita al centro de orquídeas Waqanki. Este lugar permite no solo admirar la belleza de estas enigmáticas flores sino también una variedad importante de colibríes, pequeñas aves que revolotean armoniosamente y colaboran decididamente en su reproducción.
De Moyobamba se relieva su encantadora Plaza de Armas, adornada de flores, y el café de gran calidad que se expende en tiendas y restaurantes de sus alrededores, que además ofrecen potajes embajadores de la gastronomía amazónica, como el juane y el bagre a la parrilla.
Iquitos
Es la ciudad más grande de la Amazonía peruana, y tal vez del mundo, a la que no se puede llegar por carretera, solo por vía aérea y fluvial. Pero esta metrópoli capital de la región Loreto tiene un encanto que solo se explica por el magnetismo de la jungla que la rodea y su intrínseca biodiversidad, así como su cosmopolita y hospitalaria población, y su sabrosa gastronomía.
Los mejores lugares de interés de esta ciudad son su Plaza de Armas, la Casa de Fierro , el Malecón que permite apreciar al imponente río Amazonas, el más caudaloso del planeta, así como la iglesia San Juan Bautista; el Museo de las Culturas Indígenas Amazónicas y el Museo del Barco Ayapua que exhibe pasajes de la época de explotación del caucho.
Madre de Dios
Madre de Dios es la mejor representación del mítico edén, donde priman áreas protegidas con bosques que parecen infinitos, ríos sinuosos y abundante vida silvestre. Es por ello reserva de flora y fauna únicos en el planeta, así como refugio de especies en peligro de extinción como el lobo de río y el ciervo de los pantanos.
Destinos emblemáticos son la Reserva Nacional Tambopata y el Parque Nacional del Manu, que albergan una gran biodiversidad y son el lugar ideal para el ecoturismo. Deslumbrarse con el lago Sandoval, caminar por la selva de día y de noche con guía turístico, visitar la isla de los monos, práctica de káyac y canopy, observar la collpa de guacamayos, son algunas de las actividades que se pueden ejecutar en esta aventura a esta hermosa región, la más austral de la selva peruana.
Playas del norte
Una conocida canción repite como estribillo que “en el mar la vida es más sabrosa”. Y eso lo saben quienes visitan las playas del norte peruano, sobre todo los amantes del surf y otros deportes náuticos.
Bañadas por aguas tibias y con olas ideales para la práctica de la tabla, destacan balnearios como Máncora y Colán, en la región Piura; Punta Sal, Lobitos y Zorritos, en Tumbes. Y también Huanchaco y Pacasmayo, en La Libertad; Pimentel y Puerto Eten, en Lambayeque.
Cada rincón de la costa norte ofrece escenarios de impactante belleza que se convierten en refugio de los amantes del mar, pero también de quienes buscan lugares apacibles para descansar y desconectarse de la estresante rutina de las ciudades atosigadas de público.